Hay quien habla también de que aquellos que se adentran en una aventura empresarial con exito tienen un don pero que un proyecto funcione depende igualmente de otros factores como el momento idóneo, la geografía e, incluso, la suerte. Al menos así lo señala un informe elaborado por Ernest & Young titulado '¿Nace o se hace? Decodificando el gen emprendedor' para cuya elaboración se entrevistó a 685 líderes emprendedores de negocios de todo el mundo.
Su principal conclusión fue que, en realidad, no existe tal gen emprendedor, “aunque sí hay características y experiencias que aumentan las probabilidades para que una persona elija el camino del espíritu emprendedor y que logre el éxito a largo plazo”, indica el estudio. En esta línea, varios de los encuestados opinan que uno de los aspectos que aumenta la probabilidad de alcanzar el éxito como emprendedor es disponer de experiencia previa en el mundo de los negocios.
Sin embargo, a pesar de haber tenido experiencia en el ámbito corporativo, el informe alude a ciertos comportamientos en estos ya empresarios que, sin duda, influyeron en su decisión de emprender: apertura al cambio y disposición para asumir riesgos y aprovechar las oportunidades.
Analizando el 'chip emprendedor'
Precisamente esta mentalidad de ver oportunidades donde otros sólo ven problemas es una de las características que definen a los emprendedores. Asimismo, esta postura está relacionada con la actitud frente al riesgo. En general, las personas suelen tratar de evitar las dificultades; no así los emprendedores, que están predispuestos a enfrentarlos.
De acuerdo a esta publicación, aceptar el riesgo y el potencial fracaso es uno de los rasgos principales de los emprendedores y hace referencia a ciertos países como Estados Unidos, Taiwan o Israel en los que los fracasos “se consideran casi como una medalla de honor”. La razón es que estos “ofrecen experiencia vital para lograr el éxito en el futuro”. Es cuestión de cambiar el chip, ya que se trata de comprender que los errores son una parte del proceso.
El locus de control, es decir, la percepción que tiene el individuo de que es él mismo quien lleva el control de sus actos es otra característica inherente a los emprendedores. Este grado de independencia e impulsividad les empuja a materializar su idea. Según explica este estudio de investigación, “aquellas personas con un locus de control interno creen que los sucesos en su vida son el resultado directo de sus propias acciones y comportamientos”; es, por ello, que quizás los emprendedores cuenten con un acentuado locus de control interno.
Además, la pasión y la perseverancia son dos de los requisitos que, casi por definición, deben cumplir los emprendedores. El largo camino que tienen que recorrer para llegar a su objetivo estará lleno de obstáculos, de críticas y comentarios negativos. Ver más allá de estos impedimentos y seguir adelante sólo se logrará con estos dos ingredientes.
Aprender a emprender
Otro argumento que desmonta la teoría del gen emprendedor es que, realmente, para emprender hay que saber cómo. Es más, para emprender no sólo son esenciales las capacidades innatas del individuo, sino que también es fundamental desarrollar habilidades. Que no cunda el pánico, porque éstas pueden ser aprendidas.
De hecho, el informe llevado a cabo por Ernest & Young refleja que más de la tercera parte de los encuestados establece la educación superior como el principal elemento que contribuyó a alcanzar el éxito empresarial.
Tener iniciativa y creatividad para convertir una idea en un proyecto palpable y real ya es un gran paso pero es imprescindible adquirir competencias y otras habilidades para desenvolverse adecuadamente en todos los aspectos que rodean a un emprendedor: relacionarse con las personas, vender, gestión y administración, etc. Son conocimientos que irremediablemente deberá poseer para saber cómo resolver los desafíos que se le irán presentando a lo largo de su andadura.