Cómo elegir un buen mando intermedio


Por: X. Peralta Maniviesa

Entre dos aguas

El rol del mando intermedio es esencial, puesto que es el encargado de transmitir los ejes y objetivos estratégicos de la organización a parámetros más operativos. De alguna manera, traduce las directivas de la empresa al día a día, para asegurar su productividad y eficiencia.

Se encuentra en una zona intermedia dentro de la organización, en la que se hacen operativos los planes estratégicos. En el proceso de selección de esta figura es importante tener en cuenta este hecho, ya que el candidato debería ser capaz de dar respuesta con solvencia y de forma exitosa.

Las cualidades del mando intermedio

Una buena capacidad de comprensión del negocio, de los costes y de los recursos necesarios parece una primera pista para cumplir con las expectativas de la organización. También debe cuidar de aspectos relativos al producto y servicio, siempre dentro de los estándares de calidad, para así transmitir los objetivos de gran alcance de la organización a las necesidades reales del mercado y del cliente.

Teniendo en cuenta lo expuesto, el mando intermedio debe disponer de una serie de competencias diferenciales, que hagan posible conjugar la estrategia y la operativa de la empresa. En la definición del perfil de cualquier mando intermedio deben figurar competencias relacionadas con el liderazgo, la planificación, el negocio y la orientación al cliente o la calidad.

Como responsables de equipos de trabajo, deben disponer de habilidades relacionadas con el ámbito directivo, como la dirección y el desarrollo de personas. En cualquier caso, es necesario que dispongan de la capacidad para asignar tareas de forma racional,  delegar y planificar responsabilidades en función de los procesos de la organización. También deben disponer de las cualidades relativas al crecimiento del equipo y de las personas que lo forman, preocupándose por su desarrollo y plan de carrera.

El mando intermedio debe presentar competencias que tienen que ver con preocuparse por sus colaboradores, preguntar, demandar y escuchar, así como por dar el apoyo necesario y llevar a cabo el seguimiento de cada persona.

Existen otras familias de competencias o capacidades que están relacionadas con la planificación y organización del trabajo y que son fundamentales para dirigir el equipo, conduciéndolo a alcanzar sus propios objetivos y de la organización.

La selección cuidadosa de los mandos intermedios en su organización garantiza una adecuada gestión de los equipos y una contribución exitosa a los resultados del departamento o área funcional, y en definitiva, de la organización.

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