“Cada etapa necesita un asesoramiento específico distinto”, señala José María Moyano, socio-director de Adarve, un bufete de abogados multidisciplinar con sede en Madrid. “No son iguales las necesidades legales y fiscales de una empresa que se acaba de constituir que las de una pyme que está creciendo”.
Entonces, ¿qué puede hacer este despacho por una pyme? “Asesorar en contratación con proveedores y clientes, negociaciones con el arrendador de la oficina donde se instale el negocio, en contratos de trabajadores o resolución de conflictos con los mismos, sobre la correcta llevanza de la contabilidad y la presentación de impuestos o actuando en los Tribunales cuando sea necesario”. Sin duda, un amplio catálogo de servicios.
En esta línea, será de gran ayuda para la pyme que inicia su andadura dejarse asesorar por un abogado en aspectos como la constitución de la compañía, la redacción de los estatutos, la fiscalidad y otras cuestiones como la marca o el registro comercial. No obstante, el principal obstáculo que le impide a la pequeña empresa acceder a un abogado es tener recursos limitados; así, “la liquidez de la que dispone la dedica a otros gastos que el emprendedor interpreta más prioritarios”, sentencia Moyano.
La escasez de liquidez de las pymes, un gran impedimento para contratar a un abogado
Tal y como indica el socio-director de Adarve, los recursos de una pyme que comienza son reducidos por lo que es usual que ésta se decante por contratar los servicios de una gestoría “porque cree que le resultará más barato” que un despacho de abogados. Sin embargo, según expresa Moyano, “el empresario debe valorar, entre otros factores, el servicio recibido, la atención dedicada, el interlocutor único, el tiempo empleado, la experiencia y el resultado” a la hora de decidirse.
Por ello, lo recomendable es que el cliente solicite varios presupuestos, en los que se detalle concienzudamente el alcance del trabajo y los servicios que ofrece cada firma, así como los honorarios y el método de pago. Es la única forma de “hacer un análisis más real de lo que es caro o barato”.
Además, es fundamental conocer desde el principio cómo facturará el abogado en cuestión. Algunas modalidades son la denominada “tarifa plana”, por la que se paga una cuota mensual por una variedad de servicios prestados; mientras que lo más común es que las pymes contraten a un abogado solo cuando lo necesiten, en cuyo caso se le pagará, probablemente, por horas.
¿Cómo elegir un abogado adecuado para la empresa?
Para localizar a un abogado que se ajuste a las necesidades de la pyme lo más importante es realizar una búsqueda exhaustiva. Para la labor de filtro habrá que fijarse en que este sea especializado en empresas del sector al que pertenece el negocio. El emprendedor “debe asegurarse si tiene experiencia en la materia y percibir del abogado honestidad, implicación e interés por entender su negocio”, sostiene Moyano.
“La cercanía con el cliente es uno de los valores añadidos”, añade, es decir, el grado de disponibilidad que el profesional que presta sus servicios tenga con su interlocutor. “La generación de confianza entre ambas partes sigue siendo la clave de los éxitos”, concluye el representante de Adarve.