Con el estudio de mercado conoceremos, en profundidad, tanto el mercado de referencia como el producto o servicio (propio o de la competencia). Averiguaremos los mejores canales de distribución y puntos de venta, hábitos de los consumidores, etc.
Identifique su punto de partida. Antes de comenzar un estudio de mercado es importante conocer qué buscamos con el mismo y cuál es nuestra situación de inicio: mercado de referencia, público objetivo, competencia, etc.
En función de cómo se identifique esta situación inicial, la recogida de la información posterior será mucho menos costosa.
Márquese la meta. Ya conocemos nuestro estado actual. Ahora se trata de trazar el camino, marcándonos unos objetivos a cumplir (como por ejemplo, conocer la viabilidad de nuestro producto o servicio).
Los objetivos de un estudio de mercado deberían responder a la cuestión acerca del alcance del estudio y el marco de actuación. Como siempre, los objetivos tendrán que estar bien delimitados, vinculados a la situación inicial, formulados en infinitivo y en positivo.
Determine el plan de investigación. Estableceremos los recursos necesarios, los responsables de cada fase, la calendarización, etc. En este punto, hay que definir la metodología, tanto cuantitativa (cuestionarios) como cualitativa (entrevistas, reuniones de grupo, observaciones, etc.).
En esta fase estudiaremos una muestra que sea representativa y de interés para nosotros, en función de las variables demográficas, económicas, etc.
Recoja la información. Se recogerán dos tipos de datos, de tipo primario y secundario. En cuanto a los datos primarios, son más costosos, pero proporciona información mucho más valiosa. Los datos secundarios, en cambio, se establecen a partir de informes de ventas, publicaciones, bases de datos, etc.
Analice e interprete los datos extraídos. Explotar los datos conseguidos supone analizar e interpretarlos, ayudándonos de gráficos explicativos o tablas comparativas. De esta forma, elaboramos un informe que sea capaz de dar respuesta a las preguntas planteadas en la situación actual, mediante conclusiones que nos faciliten pistas y claves de presente y de futuro.
En definitiva, con la investigación de mercados se consigue recolectar datos y analizarlos de forma sistemática para ayudar en la toma de decisiones estratégicas de la alta dirección.