Sin embargo, aunque la idea de fondo sigue siendo la misma (comunicar a bajo coste), la aparición de internet y las redes sociales ha abierto un campo enorme para el desarrollo del marketing de guerrilla. De hecho, este concepto ya no es exclusivo de las pymes, sino que también lo emplean las grandes empresas, e incluso se considera que buena parte de lo que hoy en día se está haciendo en los medios sociales podría calificarse de “guerrillero”.
Teniendo en cuenta eso, que esta modalidad de marketing puede aplicarse tanto en los canales no tradicionales (lugares públicos) como en la red, ofrecemos una lista de algunas acciones que se pueden llevar a cabo:
Aprovechar los entornos cotidianos (calles muy transitadas, plazas, medios de transporte, estaciones...) para sorprender a los transeúntes con objetos poco comunes que transmitan un mensaje sencillo y directo.
Participar en eventos de una forma alternativa; es decir, no patrocinándolos pero asistiendo, mezclados entre el público o esperando fuera del recinto, con elementos que den a conocer la marca.
También se puede acudir a foros o congresos para impartir una conferencia a cambio de que al emprendedor le permitan mencionar sus productos o servicios.
Convocar una actividad colectiva en un espacio público, grabarla en vídeo y compartirla luego en la red. Esta modalidad se conoce por su nombre en inglés, flashmob, y se ha popularizado por el éxito de las citas en las que un montón de personas bailan una conocida canción.
Crear contenido (vídeos o información relevante) que por su interés es replicado y difundido gracias al boca a boca en internet. Es lo que se denomina en el mundo digital como algo “viral”.