Private Equity


Por: Andrea Barragán

Conocidos en español como 'fondos de capital riesgo', consisten en la creación de una cartera de acciones de empresas no cotizadas en los mercados oficiales, aportando valor añadido en la gestión y pretendiendo una estancia temporal en las participadas, según define Web Capital Riesgo, un proyecto cuyo objetivo es fomentar la transparencia de la actividad del capital riesgo en España.

Private equity no es sinónimo de financiación bancaria y, ya que invierte en capital, el fondo asume grandes riesgos (similares a los de los accionistas), más que los bancos, por lo que el retorno esperado será, de este modo, mayor. Esta inversión dirigida a aumentar el valor del negocio suele tener una vida de alrededor de 10 años.

La clave de la rentabilidad para los inversores del fondo reside, precisamente, en el final del mismo, es decir, en su desinversión. En este momento, el empresario deberá comprar al fondo su participación, permitirle que la venda a un tercero o vender la totalidad de la empresa a alguien externo.

Qué aportan los fondos de capital riesgo a las empresas

Los fondos de capital riesgo no solo aportan capital a la compañía, sino igualmente le añaden valor a la misma, participando directamente en la empresa con ideas y poniendo sobre la mesa su experiencia, al tiempo que ofrecen su red de contactos para contribuir al desarrollo del negocio.

La transferencia de conocimientos, apoyo y asesoría profesional que otorga el private equity son otros elementos que pueden ayudar al crecimiento empresarial.

Diferencias entre el venture capital y el private equity

Los fondos de capital riesgo a menudo incluyen lo que se conoce como fondos de venture capital, que difieren ligeramente de los private equity. A grandes rasgos, se diferencian en que el private equity se orienta a compañías ya establecidas, mientras que el venture capital se dirige a los negocios nuevos.

En esta línea, en ambos casos el inversor aporta un valor añadido a la empresa en cuestión, proporcionándole credibilidad ante terceros y ofreciéndole su experiencia. Igualmente, ya que asumen un riesgo elevado, su expectativa es que la rentabilidad sea directamente proporcional.

En conclusión, un fondo de private equity intervendrá para aumentar el valor de aquella empresa en la que invierte, un objetivo que compartirá con el propio empresario, cuya meta es también lograr que su negocio sea rentable. Así, ambos remarán en la misma dirección.

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