Este contrato debe estipular las condiciones generales bajo las cuales serán prestados los servicios: las fechas de pago, las características de calidad, el tiempo durante el cual se realizarán las actividades, las condiciones que darán fin al contrato, las penalizaciones (si se requieren).
Nunca debe cohibirse al momento de solicitar un contrato de prestación de servicios, ya que en caso de problemas legales, originados en estos servicios, el contrato puede ser la diferencia entre perder demasiado dinero y tiempo, o la certeza de que todo saldrá correctamente.
Un contrato para todos
Otro factor para no llevar a cabo este contrato, suele ser la creencia errónea de que es sólo para las grandes empresas. Lo cierto es que cualquier trabajador independiente, pequeña o mediana empresa debería solicitar estos contratos.
Esta necesidad se debe a que cuando trabajamos por cuenta propia o recién inicia la PYME, el riesgo suele depender de uno mismo, ya que al comienzo de cualquier proyecto se suele contar con un presupuesto limitado, por lo que un mal negocio, un problema legal o el incumplimiento por parte de algún cliente o proveedor puede llevarnos a la quiebra, aún antes de despegar.
¿Cómo hacer el contrato de servicios?
Siempre se debe hacer por escrito y señalando todos los puntos previamente acordados con la otra parte, preferentemente debe ser redactado por un asesor legal para no cometer omisiones o faltas jurídicas.
Para darle el mayor valor jurídico posible, puede firmar y ratificar el contrato ante notario público, en caso de no contar con los recursos económicos suficientes bastará con la firma de las partes y de los testigos.
Jamás debe pensar que algún tipo de contrato es un desgaste de tiempo o dinero, sino que es una inversión con la que adquirirá seguridad sobre sus proyectos.