Joiex Barcelona surge como una necesidad de abrirse a nuevos mercados para poder dar salida comercial a sus piezas. Surge, además, de una vocación que parece no dar sus frutos en España, un motivo que les ha llevado a plantearse emprender más allá de las fronteras.
'Pretendemos salir al exterior para poder vivir de lo que nos gusta', cuenta Eva Pons, una joyera que afirma ser una apasionada de los metales. De hecho, todos los integrantes de Joiex Barcelona coinciden en señalar que su vocación por la joyería es lo que realmente les ha empujado a dar el paso y animarse a exportar. O al menos a intentarlo.
En opinión de Maribel Chiva, que compagina este oficio con la docencia, dedicarse al diseño de joyas responde a 'una necesidad interior de sacar lo que llevas dentro a nivel creativo y no hay otra manera de expresarlo que así y hay que reconducirlo hacia un camino que te lleve a ganarte la vida'.
Joiex Barcelona es, por tanto, ese camino al que hay que 'poner todas las ganas, empeño e ilusión', sostiene Montse Bote, quien, un buen día, decidió cambiar la pintura por la joyería. 'Si inicias un proyecto y no crees que valdrá la pena, directamente es un suicidio, y no sólo económico, sino también personal', añade convencida de que si apuestas decididamente por algo, tarde o temprano tendrá su recompensa.
Modernizar el sector de la joyería
Aunque no se consideran a sí mismos joyeros convencionales, son conscientes de que aún se asocia el oficio al joyero tradicional que trabaja encerrado en el taller. 'Siempre ha sido un sector con mucho secretismo y, por ello, hemos querido darle la vuelta a esto totalmente', sentencia Arnald Climent, quien dio sus primeros pasos en este mundo gracias al negocio familiar.
Es en este sentido que Joiex Barcelona llega para aportar aire fresco y renovado a este sector que, pese a que cada vez menos, continúa siendo, de acuerdo a Maribel Chiva, 'un poco oscurantista porque todo el mundo se guarda sus cosas'. Esta marca que les representa actúa como una plataforma en la que pueden compartir experiencias. Eso sí, cada uno manteniendo su estilo y personalidad pero remando en la misma dirección.
Y, por supuesto, les sirve para compartir gastos, pues ciertamente en grupo pueden hacer frente a muchos más que individualmente; a todos los indispensables para lograr su meta de internacionalización.