El Anteproyecto trae algunas novedades importantes que tanto pequeñas y medianas empresas como emprendedores venían reclamando. En esta línea, una de las líneas de actuación que mejor acogida ha tenido ha sido el denominado IVA de caja, un sistema que retrasa el ingreso del IVA repercutido hasta el momento en que no sean cobradas las facturas. Es una iniciativa que nace con el objetivo de “paliar los problemas de liquidez y de acceso al crédito de las empresas”, informan desde el Gobierno.
Esta ha sido una de las reivindicaciones históricas de la Federación de Autónomos (ATA) pues, explican en un comunicado, “solo durante el año pasado los autónomos adelantaron en torno a 1.000 millones de IVA correspondiente a facturas que no han cobrado y que ni siquiera saben con certeza sin van a cobrar”.
La figura mercantil del Empresario de Responsabilidad Limitada es, por otra parte, otra de las grandes novedades y de la cual se deduce que el emprendedor no tendrá que responder de las deudas de su empresa con su vivienda habitual si su valor no supera los 300.000 euros. Es, igualmente, una de las medidas que la ATA más ha celebrado, al igual que la llamada segunda oportunidad del emprendedor, para la que se prevé un mecanismo de negociación extrajudicial de deudas de empresarios. “Fracasar ya no será un delito y un autónomo podrá levantar cabeza tras un cierre volviendo a iniciar una actividad en el futuro”, ha sentenciado el colectivo de autónomos.
Creación exprés de empresas
Con el fin de agilizar el inicio de la actividad de los emprendedores, se pondrán en marcha los Puntos de Atención al Emprendedor, unas ventanillas únicas a su disposición para realizar los trámites de apertura, ejercicio y cese de la empresa. Así, el Punto de Atención al Emprendedor electrónico del Ministerio de Industria, Energía y Turismo prestará la totalidad de servicios previstos en esta Ley. Además, se permitirá la creación de sociedades de responsabilidad limitada con capital inferior a 3.000 euros.
La reducción de cargas administrativas es otro avance importante, pues posibilitará la puesta en marcha de una empresa en tan solo 24 horas y en un único trámite a través del innovador proyecto Emprende 3, el cual se servirá de las nuevas tecnologías y la colaboración de las distintas Administraciones Públicas. Al hilo de esto, se abre la posibilidad de que los empresarios legalicen telemáticamente sus libros obligatorios en el Registro Mercantil.
Incentivos fiscales a la pluriactividad y a los business angels
La reducción de cuotas a la pluriactividad es también una iniciativa aplaudida por la Federación de Autónomos, pues de los 100.000 autónomos que están en pluriactividad, según indican, solo pagarán el 50% de la cuota de la base mínima de cotización. Esto significa que pagarán 115 euros hasta el mes de junio de 2015, en lugar de los 230 actuales. Pasada esta fecha pagarán solo el 25%, es decir, alrededor de unos 60 euros mensuales.
Podrán beneficiarse de este incentivo todos aquellos que además de cotizar en el Régimen General, coticen en otro Régimen a tiempo completo.
Los business angels son, asimismo, mencionados en el Anteproyecto y podrán disfrutar de incentivos fiscales como la deducción del 20% en la cuota estatal en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) por la inversión realizada al entrar en la sociedad.
Visados para inversores extranjeros
Gran interés ha suscitado el nuevo régimen de visados y permisos de residencia para aquellos inversores que realicen una inversión económica relevante, que creen puestos de trabajo o hagan una aportación a la innovación científica y/o tecnológica. Se trata de otra de las medidas estrella que, sin duda, fomentará la atracción al país de profesionales cualificados e investigadores y que contribuirá a mejorar la opinión del inversor extranjero sobre el entorno empresarial español.
En esta línea, podemos acudir a la edición 2012 del ‘Barómetro del clima de negocios en España desde la perspectiva del inversor extranjero’, realizado por Invest in Spain, en la que el país obtuvo una valoración de 2,7 sobre 5, ligeramente inferior a la obtenida en 2011. Lo que más destacaron positivamente los inversores fueron las infraestructuras, calidad de vida y capital humano. Sin embargo, fueron el mercado laboral, financiación e innovación las áreas peor valoradas.