Concepto de activo circulante
El tiempo determina si un activo puede considerarse o no activo circulante. Las empresas tienen a su disposición distintos tipos de bienes y derechos que son susceptibles de convertirse en dinero. Si su capacidad para transformarse en líquido puede hacerse efectiva en un plazo inferior a doce meses, entonces se trata de activo corriente.
También tienen esta misma consideración los activos que se han empelado para evitar derogaciones en el curso de un ejercicio contable o que han servido para cancelar un pasivo corriente.
El activo circulante da una gran seguridad ya que supone, en definitiva, dinero que puede emplearse en cualquier momento para resolver una situación o hacer frente a un pago concreto.
Activo circulante: tipos
De entre los activos con que una empresa cuenta, sólo los que puedan materializarse en líquido en menos de un año se consideran activo circulante. Sin embargo, existen distintos tipos de bienes y derechos que pueden englobarse en esta categoría:
Efectivo: en caja y en banco.
Efectos y cuentas pendientes de cobro.
Existencias (inventarios).
Prepagados.
Inversiones financieras a corto plazo.
Activo circulante y plan contable
El activo circulante tiene su reflejo en el Plan Contable de la empresa. En concreto, se ha de hacer constar en las siguientes cuentas:
Bancos y cajas.
Existencias.
Clientes y deudores.