¿A quién interesa?
El ROI es de interés tanto para potenciales inversores como para responsables de organizaciones.
Las personas que están interesadas en llevar a cabo una inversión pueden así realizar comparativas entre varios proyectos.
Los Directores Generales o CEO, los cuales se encuentran plenamente involucrados en la gestión y/o justificación de una inversión ya en marcha, disponen de un valor que facilita un dato directo, claro y fiable a los accionistas acerca del rendimiento de la misma.
¿Dónde se utiliza?
El ROI se utiliza con mucha frecuencia para calcular el costo/beneficio de campañas de marketing, especialmente en negocios online. Su sencillez en el cálculo y en la comprensión hace que su uso sea extensivo para el cálculo de este tipo de proyectos.
¿Qué mide exactamente?
Se trata de un ratio (por tanto, un porcentaje) que valora el rendimiento de la inversión realizada y, por tanto el beneficio obtenido de la misma, una vez restada ésta. Su cálculo es sencillo:
Hay que tener en cuenta que los beneficios que se incluyan en el cálculo pueden ser netos, antes de impuestos o incluso antes de interés e impuestos, en función de la importancia que se dé a la fiscalidad concreta aplicable a la inversión.
Beneficio obtenido - Inversión realizada / Inversión realizada
¿Cómo interpretarlo?
Los valores negativos indican pérdida para el inversor y, en caso de ser un valor positivo, cuanto más elevado, mayor es el retorno. Si, por ejemplo, usted invierte 500 euros en acciones de una compañía del IBEX 35 en España y al cabo de un tiempo las vende, obteniendo un beneficio de 1.000 euros, el ROI sería 1%, ya que es el resultado de (1.000-500)/500. Si multiplica el ROI por 100 obtendrá el porcentaje ganado: un 100%, ya que por cada euro gastado, usted ha conseguido como rendimiento otro euro adicional.
¿Tiene limitaciones el ROI?
El uso del ROI es generalizado porque, como ya se ha comentado, es sencillo de calcular y de interpretar. Sin embargo, presenta limitaciones que deben tenerse en cuenta, puesto que hace mediciones estáticas del retorno de la inversión. Por ello, si se desean llevar a cabo proyecciones de la inversión, a varios años vista, es conveniente utilizar otros indicadores, como el VAN (Valor Actual Neto) o el TIR (Tasa Interna de Retorno).