Openley fue fundado en septiembre del año 2013 por María Domínguez, una emprendedora que ha explicado a Pymerang el valor añadido de esta compañía frente a otras que igualmente ofrecen servicios de abogacía. 'La principal diferencia es la utilización de la tecnología tanto en la prestación de nuestros productos y servicios como en la organización interna'. Esto quiere decir que, gracias a este componente innovador, la firma puede suministrar a sus clientes productos y servicios que se ajustan mejor a sus requerimientos a precios más asequibles, contratando sólo lo que precisa y reduciendo, de esta manera, costes fijos.
En opinión de Domínguez, la propia experiencia de los miembros del equipo 'les permite conocer los principales problemas a los que se enfrentan los emprendedores'. Así, ya que cada proyecto tiene peculiaridades que lo hacen único, en Openley han establecido servicios que se amoldan a cada una de sus necesidades.
'Además de brindarles asesoramiento, al ser conocedores de las dificultades de emprender, podemos aconsejarles en distintos aspectos con los que hemos lidiado nosotros y muchos de los emprendedores con los que colaboramos', explica.
Ayuda con los trámites y otras gestiones de carácter legal
Dejarse asesorar en materia legal desde el principio por un experto, puede ahorrarle al emprendedor algún que otro disgusto. Por ejemplo, para iniciar una actividad, en España hay que realizar ciertos trámites y gestiones ante la Administración Pública. Entonces, si el emprendedor se encuentra respaldado por un profesional, podría evitar cometer errores y su negocio no se vería perjudicado.
Del mismo modo, en la firma de acuerdos con proveedores o distribuidores, necesitará apoyo legal, pues su desconocimiento podría conducirle a suscribir un contrato que no fuera favorecedor para su compañía.
Emprender, ¿sí o no?
Aunque pueda dar vértigo empezar una empresa desde cero a la vista de todos los detalles que hay que tener en cuenta, desde la perspectiva de Domínguez, 'la experiencia de emprender resulta muy provechosa, ya que se aprende mucho más trabajando para un tercero, pues el emprendedor debe resolver una gran variedad de problemas que van surgiendo en el camino'.
Y es que 'el hecho de crear algo, pensar la forma de mejorarlo y esforzarse por sacarlo adelante, genera en la persona una gran satisfacción por haberlo logrado por sus propios méritos', concluye.