Así formarán parte de los activos financieros productos como los préstamos a cobrar, las inversiones en locales, los activos reservados para negociaciones de cualquier tipo, la inversión en patrimonio, los activos financieros en venta e incluso los intereses y dividendos procedentes de esos activos.
La empresa debe reconocer siempre estos activos en su balance sobre todo cuando éste se convierte en una parte dentro de un contrato de negocios.
Deben ser valorados consecuentemente en función de si son activos financieros a coste amortizado, activos financieros para negociar o activos financieros a coste, tal y como establece el nuevo Plan General Contable.
Tipos de activos financieros
Dentro del nuevo Plan General Contable para Pymes, los activos financieros son divididos a efectos de esta forma:
Activos a coste amortizado. Son créditos obtenidos por operaciones comerciales como pueden ser la venta de bienes o servicios. Deben valorarse por su coste amortizado y con los intereses devengados en la cuenta de pérdidas y ganancias, aplicando el tipo de interés efectivo. (Se debería reflejar también cualquier pérdida del valor del activo.)
Antes del nuevo plan, los intereses incorporados de los créditos por operaciones de tráfico con vencimiento superior a un año debían registrarse en el balance como intereses a distribuir en varios ejercicios, pero ahora se establece que cuando esos créditos tienen un vencimiento inferior o igual a un año y no tienen que aplicar un tipo de interés contractual podremos valorarlos por su valor nominal. Y cuando se trate de vencimientos superiores o igual a un año, hay que valorarlos por su coste amortizado y por los intereses devengados.
Activos financieros para negociar. Son activos adquiridos con la intención de venderlos a corto plazo. Se valorarán por el precio de adquisición de la transacción, donde se debe reflejar los costes de la misma. También con esta nueva norma se podrá reflejar cualquier revalorización del activo tras el ejercicio fiscal.
Activos financieros a coste o inversiones en el patrimonio de la empresa. Tienen que ser valorados en la contabilidad según el coste de la propia inversión inicial, ponderando a posteriori su deterioro o ganancia de valor.
Frente a éstos, según el nuevo plan, los pasivos financieros se registrarán por el importe entregado, y no deben ser valorados por su coste amortizado.
Si fuera necesario debe aplicarse siempre la amortización de los préstamos con el sistema de interés efectivo y cargar o abonar a la cuenta de reservas las diferencias encontradas en la valoración de los pasivos.