Cómo aumentar la productividad en el teletrabajo


Por: Marta B.

El teletrabajador

Sobre él y su desempeño recaerá el éxito o el fracaso de la flexibilización de la empresa que opta por esta modalidad laboral. Sin embargo, la organización tiene también su parte de responsabilidad en lo que respecta a:

  • Adecuación de perfiles: la selección de personal que haga el Departamento de Recursos Humanos deberá encontrar a esos individuos proactivos y altamente motivados. Ellos son los candidatos ideales para teletrabajar.
  • Correcta formación: el teletrabajador no ha de verse solo, por eso la organización tiene que respaldar su actividad proporcionándole la formación e información necesarias que le permitan lograr unos niveles de desempeño óptimos, así como un conocimiento profundo de las herramientas a las que su modalidad de trabajo está sujeta.

El entorno del teletrabajador

Todo lo que rodea al puesto de trabajo influye en la productividad y en el rendimiento. Desde las condiciones termo-higrométricas hasta los niveles de ruido o la iluminación. Cuando el trabajador ejecuta sus tareas desde su propio hogar es más complicado para la empresa controlar que todo está en orden, por eso, conviene que los teletrabajadores reciban una pequeña formación en ergonomía, haciendo hincapié en todos esos aspectos que son aplicables a su puesto.

Esta medida no es la única que, contribuyendo al bienestar del empleado aumentará su productividad, sino que no se pueden pasar por alto:

  • Diseño de puestos: cuando se tiene a los trabajadores adecuados, no se les puede designar a un puesto que se aleje de sus intereses o especialidades, que se encuentre muy por debajo de su nivel, ni tampoco demasiado por encima.
  • Tampoco hay que descuidar un reparto de tareas equitativo, para evitar sobrecargar a unos, dejando ociosos a otros. El diseño de puestos debe buscar el equilibrio y no ha de considerarse como algo puntual, sino que siempre se tiene que continuar revisando la idoneidad de la distribución.

  • Gestión por objetivos: cada individuo necesita conocer qué se espera de él. Concretar unos fines específicos ayudará al teletrabajador a aumentar sus niveles de productividad al planteársele una meta hacia la que encaminar su esfuerzo. Por el contrario, la falta de ellos provocaría una mayor dispersión y un menor rendimiento, como norma general.
  • Control y medición de logros: es importante que los teletrabajadores conozcan su estatus respecto a las metas fijadas. De la misma forma, el empresario ha de poder monitorizar la progresión de cada empleado y sus resultados, con objeto de poder poner remedio cuanto antes, al momento de notificar que alguien se empieza a alejar de los objetivos planteados.

La organización

La imagen que los teletrabajadores tengan de la organización influirá bastante en su manera de afrontar los retos diarios. Conocer en qué puede contar con su empresa, sentirse parte de un todo, y saberse valorado son tres vías que impulsarán su productividad.

  • Participación en la misión y visión de la empresa: una buena comunicación y una política de transparencia son la clave para lograr hacer partícipe al teletrabajador en la realidad de la organización.
  • Adecuada política de incentivos: es la manera de demostrar que se reconoce su esfuerzo y la forma más segura de aumentar los niveles de satisfacción de cualquier trabajador, algo que incidirá directamente en su motivación y, por tanto, en su productividad.
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