Las distintas caras de la ética empresarial
La ética empresarial se plasma en distintas facetas que están presentes en el día a día de cualquier negocio. Cada una de ellas cuenta con su particular configuración y distintos niveles de exigencia que repasamos brevemente a continuación:
Ética en los negocios: proveedores, clientes, etc. La transparencia sería la base de la ética en los negocios, donde la buena fe supondría el jugar limpio y no esconder ningún as en la manga.
Ética en las relaciones laborales: de cara a trabajadores y subcontratistas. Dada la posición de poder del empresario en este tipo de relaciones, actuar éticamente implicaría no aprovecharse de ello y buscar el beneficio de esa otra parte, siempre que ello no influya en el objetivo de la empresa.
Ética en la gestión: relacionada con la Administración y organismos oficiales. Hecha la ley hecha la trampa, se suele decir, y precisamente esta afirmación guía en la línea contraria a la de la ética en la gestión. En este caso se trata de actuar responsablemente, aún sabiendo que una acción incorrecta o en los límites de la legalidad difícilmente podría ser detectada.
Ética en el uso de los recursos: tanto en su vertiente sostenible como la relacionada con el modo de emplear la información. La primera faceta de esta visión de la ética empresarial conduciría a un consumo responsable, tanto de materiales como de energía y gestión de residuos; políticas que deberían extenderse a toda la compañía y sus integrantes. En cuanto al uso de la información, estaría íntimamente relacionada con la privacidad, un valor difícil de salvaguardar hoy día con el desarrollo tecnológico y el Big Data.
La ética empresarial y la rentabilidad
La ética empresarial también es rentable. La imagen de la empresa, especialmente en estos tiempo donde el Social Media hace que todo el mundo esté permanentemente expuesto, puede ser dañada fácilmente. Una opinión puede bastar para perder una venta. Pero lo mismo sucede en sentido contrario.
Una empresa sólida, con principios, puede ser la mejor publicidad tanto para sus potenciales clientes, que la respetan y se sienten identificados con esa forma de actuar, como para sus futuros trabajadores, que quieren formar parte de una organización de tan altos estándares, haciéndola receptora de los mejores perfiles profesionales.