Desde este punto de vista, no se puede dar la espalda al papel que juegan los mandos en la empresa. Es necesario confiar plenamente, empoderando a estos profesionales y capacitándolos para una gestión adecuada de los equipos de trabajo. Si dificultamos su trabajo, dificultamos el éxito de la empresa.
Cuando la promoción nos perjudica
A menudo, en las pymes, se promociona a trabajadores que son altamente competentes a nivel técnico, pero que, en cambio, carecen de cualquier competencia relacional y de liderazgo. Perdemos, de esta forma, a grandes profesionales y “ganamos” auténticos problemas al frente de nuestros equipos de trabajo.
Competencias a desarrollar
Los mandos, al inicio de su carrera en la gestión de equipos, se encuentran, en muchas ocasiones, totalmente perdidos. No saben escuchar, carecen de empatía y son incapaces de resolver conflictos. Además, no disponen de dotes de liderazgo, les cuesta delegar y sus habilidades de comunicación son inexistentes.
Una cultura que dificulta
En las pymes suele existir una cultura muy marcada y diferenciada, que a menudo conlleva una seria dificultad para gestionar equipos. Vencer determinadas creencias para así hacer crecer al equipo es, a menudo, un reto para los mandos en este tipo de organizaciones. No siempre es ideal alinearse con determinados valores, sobre todo cuando suponen una clara dificultad para alcanzar el éxito.
La resistencia al cambio
Las pymes pueden adolecer, como parte integral de su cultura, de una cierta resistencia al cambio. Es evidente que en el momento en el que nos encontramos los cambios se dan de forma continua, tanto en el micro como en el macroentorno. Así pues, necesitamos una organización ágil y dinámica, en la que nuestros equipos de trabajo se adapten, o mejor aún, se anticipen al cambio de forma proactiva.
El desarrollo de personas
Otro aspecto fundamental en la gestión de equipos que puede suponer para el mando un auténtico quebradero de cabeza es todo lo relacionado con el desarrollo del personal. Partiendo de la base que cada organización es diferente y que el tejido empresarial es diverso, se puede afirmar que las pymes no apuestan tan decididamente por el desarrollo de los profesionales como, por ejemplo, en una multinacional. Vencer esta dificultad es crucial para alcanzar el éxito en un entorno competitivo como el actual.