En las relaciones tóxicas suele existir una relación de poder (formal y/o informal) entre las personas involucradas (en el caso de la empresa, entre profesionales). La personalidad de éstas influye de manera determinante en el carácter tóxico de la relación, entrando en juego rasgos neuróticos (la envidia, el victimismo, la vanidad, etc.).
¿Cómo evitar las relaciones tóxicas en su empresa? ¿Cómo romper las dinámicas establecidas en el equipo de trabajo?
Cuide el estilo de liderazgo. Tanto de la Dirección como de los mandos intermedios, la manera en que se ejerce el liderazgo en la organización es clave para que se establezcan relaciones sanas dentro del equipo de trabajo.
Comunicación clara y transparente. Éste es precisamente uno de los puntos clave que deben cuidar los líderes en la empresa: asegurar espacios de comunicación que permitan la más absoluta transparencia entre los miembros del equipo.
Delimite de forma clara las responsabilidades. Con una definición funcional de los puestos de trabajo alcanzamos uno de los requisitos básicos para una organización sana. Cada profesional conoce lo que se espera de él y no es posible escudarse en la falta de claridad. Las relaciones dentro del equipo se hacen así más profesionales y objetivables.
Evaluación objetiva del desempeño. Es imprescindible para lograr una organización profesional y saludable y el siguiente paso tras la definición funcional de los puestos de trabajo. De esta forma es mucho más complicado que se establezcan relaciones tóxicas en el trabajo. El reconocimiento directo por parte de los mandos, basado en evidencias de comportamiento objetivas, promueve la profesionalidad y evita que se den conductas abusivas.
Erradique las situaciones tóxicas. Antes de que se enquisten y se conviertan en un auténtico problema, se trata de cortar de raíz las posibles situaciones tóxicas que se den, interviniendo, especialmente con la persona que ejerce una situación de poder (formal o informal) en la relación tóxica.