El papel de las incubadoras de empresas no es otro que, como su propio nombre indica, “incubar” los proyectos que aún, digamos, se encuentran en pañales, proporcionando al emprendedor asesoramiento continuo en diferentes campos (legal, administrativo, marketing, etc), ofreciéndole una infraestructura física donde desarrollar su negocio y facilitándole el acceso a la financiación. A cambio, estas organizaciones toman un porcentaje de participación del proyecto, un aspecto que debe ser negociado cuanto antes.
La incubación de empresas se presenta como un proceso muy novedoso especialmente dirigido a la formación de jóvenes empresarios que quieren impulsar sus proyectos relacionados con las nuevas tecnologías e Internet.
Qué ofrecen al emprendedor
Los beneficios que aportan las incubadoras de empresas a los emprendedores pueden resumirse principalmente en tres: asesoría, espacio físico y contactos. Vamos a desglosarlo un poco más.
Apoyo estratégico. Aportan el know-how (saber hacer) a los jóvenes emprendedores. Esto incluye asesoramiento en las áreas: contable y financiera, legal, publicidad y marketing, comercialización, recursos humanos, exportación, etcétera.
Formación. El emprendedor tendrá a su alcance diversos cursos que le capacitarán para llevar a cabo los requisitos formales que requiere toda empresa: elaboración de un plan de negocio, estudio de mercado, trabajo en equipo o gestión de personal.
Espacio físico. La mayoría de las incubadoras proporcionan una oficina en la que los emprendedores podrán desempeñar sus tareas diarias en un ambiente de coworking y acceso a la sala de reuniones.
Servicios básicos. Tales como la luz, agua, wifi o limpieza de zonas comunes.
Recepción y servicios de mensajería.
Acceso a las bases de datos internas y red de contactos.
Ventajas de las incubadoras de empresas
Los aspectos positivos de integrarse en una incubadora de empresas son numerosos. Así, en primer lugar, estos centros de apoyo incrementan las probabilidades de éxito del negocio. No hay que olvidar que el principal objetivo de estas organizaciones es fomentar que el emprendedor adquiera una conciencia empresarial.
Otra de las ventajas es el asesoramiento de expertos continuo durante el tiempo que dura la incubación, que suele estar en torno a los tres años para las empresas de base tecnológica.
Un tercer punto es el mejor acceso al capital riesgo y a otros modos de financiación que brindan las incubadoras.
Por otra parte, el apoyo constante de los mentores ocasiona que se cometan menores errores; y finalmente, un aspecto muy positivo es que el emprendedor invertirá menos recursos adicionales en su empresa ya que la incubadora le otorga todo lo que, a priori, necesita.
Pasos a seguir para acceder a una incubadora de empresas
Indagar qué incubadoras están en su país o área y seleccionar la que más se ajuste a su proyecto empresarial. Por ejemplo, en España se encuentra Grupo Intercom, DaD o Mola, entre otras.
Contactar con ellos. Si accede a sus páginas webs, encontrará los formularios que tiene que rellenar.
Adecuar su idea o propuesta empresarial a los requisitos que exijan estas organizaciones. No hay un formato estándar pero sí es básico saber comunicar el propio proyecto de una forma comprensible y atractiva, que realmente solucione un problema que afecta a un segmento de mercado grande y que sea capaz de generar beneficios en un futuro no muy lejano.
Fase de pre-incubación. Si su idea ha sido seleccionada entrará en la denominada fase de pre-incubación, en la que los emprendedores serán asesorados acerca de cómo confeccionar un plan de negocios y otros asuntos y podrán asistir a diferentes cursos de formación.
Fase de incubación. Se trata de la más larga y suele durar de 12 a 18 meses. En esta se pone en marcha el negocio y se mide su acogida en el mercado. Según los resultados que se vayan obteniendo se reestructurará o no el plan de negocios.
Fase de post-incubación. La empresa ya ha arrancado aunque sigue contando con asesoramiento técnico ya que los primeros años son, indudablemente, los más difíciles.