Pasos fáciles para saber delegar


Por: X. Peralta Maniviesa

A continuación, pasamos a detallar una serie de consejos para que usted, como responsable de un equipo de profesionales, le dé, a la capacidad de delegar, la justa importancia que se merece:

  1. No intente controlarlo todo.

    Es imposible, además de poco recomendable. No disponemos del tiempo ni de los recursos cognitivos ni emocionales para ello. Aunque dependa fundamentalmente de rasgos personales, conviene poner la atención sobre este hecho, ya que estamos ante una de las principales razones por las que los responsables de equipos son incapaces de delegar.

  2. Ajústese a su área de responsabilidad y sus funciones concretas.

    Como mando o directivo, sus tareas deberían tener una visión más estratégica que operativa. En definitiva, no pretenda conocer o llevar a cabo tareas de poco valor para su cargo (como, por ejemplo, realizar una presentación en powerpoint o atender al teléfono).

  3. Lleve a cabo procesos de selección profesionales y eficaces.

    Sólo así conseguirá disponer de un equipo de trabajo capacitado para realizar las funciones para las que cada persona fue contratada. Como se ha visto en anteriores artículos, la elaboración de un perfil profesional puede ser de ayuda para ajustar y adaptar el candidato ideal con las necesidades reales del puesto de trabajo.

  4. Conozca bien a su equipo.

    En la dirección de personas, una de las pautas básicas es conocer en profundidad las capacidades de cada profesional y todo aquello que le pueden ofrecer. Las entrevistas personales en base al desempeño, con una periodicidad mínima anual, son imprescindibles y complementarias al hecho de interesarse por el día a día del colaborador.

  5. Confíe plenamente en su equipo.

    La única forma de delegar es desde la confianza. Este aspecto, mucho más personal que el resto, marcará su capacidad para delegar. De nada sirve disponer de un gran equipo y conocerlo a la perfección si usted no dispone de la confianza necesaria en sus profesionales.

  6. Distribuya tareas de forma racional.

    Ésta sería la parte más técnica de la capacidad de delegar. Partiendo de la base que conoce bien a sus profesionales y además confía en ellos, es el momento de asignar responsabilidades. Esta asignación debe llevarla a cabo en base a criterios estrictamente profesionales y ajustándose a las capacidades de cada persona. En definitiva, debe ser justo y equitativo en cuanto a las cargas de trabajo.

  7. Motive a su personal.

    Con la delegación de tareas puede usted conseguir un efecto colateral: motivar a sus colaboradores. Asignando tareas que supongan un reto para los miembros de su equipo (siempre en su justa medida) se asegura mantener un equipo motivado y orientado al reto.

    Como se ha visto, el hecho de delegar supone un desafío para los responsables de equipos de trabajo, además de una herramienta útil para alcanzar los objetivos que su organización se haya marcado.

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