El Balance General
Es un estado financiero básico que informa acerca de los activos de los que dispone la empresa, así como sus pasivos, como las deudas contraídas con propios (por ejemplo, socios) o terceros (como Bancos).
Entre los activos, se cuenta con la maquinaria y equipos, vehículos, materias primas de almacén, etc. Además, el patrimonio y el capital forma parte de este estado financiero, que sumado a sus activos da como resultado el pasivo de la organización.
El Estado de Resultados
Si se desea conocer la rentabilidad de una empresa, hay que dirigirse al Estado de Resultados (o de pérdidas y ganancias), que informa acerca de ventas y gastos y de los beneficios que se pretenden conseguir. Sin embargo, este estado financiero no muestra en absoluto entradas o salidas de efectivo, simplemente la proyección futura de ese efectivo.
Este estado financiero es de vital importancia, ya que aporta una información crucial: ¿se han obtenido beneficios o, por el contrario, existen pérdidas? En resumen, se tienen en cuenta los ingresos por ventas (además de los financieros) y los gastos, tanto operacionales como financieros, con lo que se consiguen los resultados de la empresa en un ejercicio concreto, antes de impuestos.
El flujo de efectivo
El flujo de efectivo muestra la liquidez de una organización, a través de sus actividades de operación, de inversión y de financiamiento. Este dato, aunque relevante, es incompleto, ya que no informa acerca de otros indicadores básicos de la contabilidad de una empresa (reflejados en el Balance General y en el Estado de Resultados).
En definitiva, el flujo de efectivo aporta una valiosísima información acerca del dinero que entra y sale de la empresa, pero es insuficiente, ya que no informa acerca de los ingresos y gastos de la organización (ni, en consecuencia, del resultado del año contable), ni tampoco de los activos y pasivos de la empresa.