En cambio, los costos variables son aquellos que se encuentran en constante cambio y que generalmente no se sabe con certeza la cantidad exacta de dinero que requerirán sino hasta que llegan las facturas. Algunos ejemplos son los costos de materia prima, cuya cantidad puede variar dependiendo de la cantidad de ventas que haya tenido la empresa.
¿Cómo tener un mejor control de los costos fijos y los costos variables?
Lo primero que debe realizar una empresa que quiera acortar pérdidas financieras es revisar sus costos y analizar cuales son los que se pueden acortar. En el caso de los costos fijos es común encontrar algunos gastos que se han quedado mes a mes y que en realidad pueden ser omitidos. Algunas empresas pueden darse cuenta de que tienen cierto personal extra que está realizando las tareas de otra persona. Es muy importante que realmente se analice si el ahorro de dinero afectará o no al funcionamiento de la empresa antes de tomar cualquier decisión.
Los costos variables por su parte suelen representar gastos que siempre pueden controlarse de una mejor manera. Lo ideal es revisar cuáles son estos gastos y ver su comportamiento histórico, ya que muchas veces se puede prever el consumo de insumos para cada temporada y esto puede abaratar costos al comprar insumos necesarios cuando sus precios son más bajos.
La importancia de evitar que los costos fijos y variables impliquen pérdidas económicas en la empresa
Son muchos los empresarios que consideran que mantener un control sobre la economía de la empresa es una tarea titánica porque creen que deben controlar cada entrada y salida de dinero de manera rigurosa. Aunque es cierto que lo mejor es conocer los gastos que se van haciendo, también es muy cierto que haciendo algunos pequeños ajustes basados en la utilidad se pueden lograr grandes ahorros y beneficios económicos que de otra manera no se conseguirían.