El IRPF aplica tipos impositivos progresivos que van en función de los tramos de renta del sujeto pasivo, que es a su vez, es la base imponible sobre la que aplicar las diferentes tasas.
Menos de 17.707€ anuales = 21% (de la base imponible de 17.707€, que es el salario anual bruto)
Entre 17.707€ y 33.007€ = 30%
33.007€ -53.407€ = 40%
53.407€ -120.000€ = 49%
120.000€ -175.000€ = 51%
175.000€ - 300.000€ = 52%
Cada tipo impositivo grava un determinado porcentaje hasta el nivel de renta fijado. Así por ejemplo si un trabajador cobra 20.000€ anuales, se le aplicará un tipo impositivo del 24,75% sobre los primeros 17.707€ y un 40% sobre los otros 2.293€ restantes.
Pero la mayoría de los tipos impositivos tienen un carácter fijo, es decir gravan con el mismo porcentaje un hecho imponible independientemente de la cuantía que suponga.
Así actúan por ejemplo los tipos impositivos del IVA, que gravan el consumo imponiendo cuotas del 4%, el 8% o el 21% sobre cualquier producto en función de su naturaleza e independientemente de la cantidad de servicios o productos consumidos.
En otros impuestos como el impuesto de sociedades, las empresas pagan una tasa mayor o menor en función de su volumen de beneficios y de empleados.
De igual manera, cuando las tasas gravan bases imponibles en vez de hechos imponibles, están gravando en función de una renta disponible, ajustando la fiscalidad al volumen de negocio y capital disponibles por las familias y empresas, facilitando así el funcionamiento de un mercado que se vería obstaculizado por cuotas con cuantía fija.
Por otra parte, hay una serie de términos contables llamados Tipos Impositivos Contables, que se utilizan para medir la presión fiscal sobre nuestro negocio. Una referencia evidentemente muy útil para las empresas y para ver la evolución de esta presión fiscal a lo largo de los periodos impositivos.
Se calcula dividiendo el gasto por impuesto sobre sociedades, entre la resta del resultado contable menos este impuesto. O bien dividiendo el gasto del impuesto de sociedades entre el resultado contable antes de impuestos.
Con su resultado,> obtendremos una buena referencia de la viabilidad de nuestro negocio.
También está el llamado Tipo Impositivo Fiscal, obtenido de dividir la cuota líquida positiva entre el resultado contable antes de impuestos.
Su resultado nos proporciona una clara referencia de la presión fiscal teniendo en cuenta las partidas que tienen incidencias temporales en la cuota líquida.</p