De acuerdo a la firma GNP Seguros, únicamente el 5% de las pymes en el país posee un seguro, mientras que tan sólo el 17% de los empleados dispone de algún tipo de protección en Vida y Gastos Médicos, siendo la probabilidad de sufrir incapacidad laboral de un 5,7% y de un 2,7% la de tener un accidente en el entorno laboral.
Compensaciones a los empleados según la Ley Federal del Trabajo
Una de las modificaciones más importantes que ha experimentado la Ley Federal del Trabajo en la reforma de finales del año 2012 es, precisamente, la relativa a la indemnización por fallecimiento. Así, el artículo 502 expresa que ésta corresponderá a la cantidad equivalente al importe de 5.000 días de salario, lo cual ha supuesto elevar la cuantía 7 veces más. Antes de la reforma, la indemnización por muerte del empleado se calculaba en base a 730 días.
No obstante, no hace falta irse a supuestos extremos para visualizar lo delicada que es la responsabilidad civil del empresario. La presente ley también contempla indemnizaciones a los trabajadores en caso de incapacidad temporal, una circunstancia mucho más corriente.
Según el artículo 491, el empresario está obligado a realizar el pago íntegro del salario que deje de percibir el empleado mientras subsista la imposibilidad de trabajar. Si, finalmente, se declara que la incapacidad es permanente total, el afectado recibirá la cantidad equivalente al importe de 1.095 días de salario.
Por lo tanto, la reforma a la Ley Federal del Trabajo no modifica la naturaleza de las responsabilidades, sino que cambia los montantes. Sobre esta situación, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) ya recordó que no importa si la empresa tiene o no seguro, su obligación de compensar al trabajador está por encima de ello.
Temor al aumento de la competencia y a la coyuntura económica
Aunque ésta es la primera de las preocupaciones de los empresarios mexicanos, el informe menciona el aumento en la competencia y la lenta recuperación económica como otros aspectos que igualmente les quitan el sueño. De hecho, el retraso económico ocupa el primer puesto en el ranking a nivel mundial y se sitúa a la cabeza por tercera vez consecutiva.
Curiosamente, en el conjunto de América Latina, lo que más inquieta a los empresarios consultados son los cambios legislativos, un detalle que parece ser que para México no es en absoluto prioridad pues se encuentra fuera de la lista en este país.
También llama la atención que las inclemencias meteorológicas, como huracanes, inundaciones y otros desastres naturales se ubiquen en las últimas posiciones, dada la vulnerabilidad del país ante este tipo de fenómenos.
A la cola del ranking se sitúan, del mismo modo, riesgos como el crimen, robo o fraude, a pesar de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI) sostiene que el 36% de las pequeñas y medianas empresas están expuestas a ser víctimas de algún robo o que el 50% corren el riesgo de sufrir daños en sus instalaciones.
Está claro que al igual que los imprevistos o accidentes aumentan, en la misma proporción debería incrementarse el número de asegurados para hacer frente a cualquier contratiempo que ponga en riesgo el negocio.