El papel del líder-coach
Su papel como líder, así como el de sus diferentes mandos o supervisores, en los diferentes niveles de la organización, es crucial para lograr este objetivo. Todo responsable de un equipo de trabajo debe asumir el rol de coach, entendido como la responsabilidad relativa a observar, escuchar, acompañar, apoyar y llevar a cabo un seguimiento de la evolución de sus colaboradores.
En la medida que los líderes de su organización lleven a cabo estas acciones, conocerán las inquietudes de cada uno de sus colaboradores y encontrarán el incentivo adecuado para enfocar a la persona hacia los resultados y objetivos de la empresa.
Empoderar a las personas
Otra potente vía para conseguir que sus colaboradores se sientan motivados y mejorar así su rendimiento individual y de equipo es el hecho de asignar responsabilidades y funciones acordes a sus capacidades, enriqueciendo funcionalmente determinados puestos de trabajo.
Estrechamente relacionado con lo anteriormente mencionado, el líder, como buen conocedor de las personas que forman su equipo de trabajo, puede lograr colaboradores más motivados en la medida que éstos se sientan más realizados y, por tanto, más comprometidos con los objetivos del equipo y de la organización.
De los valores a los comportamientos
La motivación de las personas depende, en gran parte, del sistema de creencias y valores con el que se guía. En función de los valores de cada uno de los colaboradores, llevarán a cabo comportamientos con más o menos motivación para ello.
Una vez superada la orientación a los objetivos (precedido por el anterior paradigma de la orientación a la tarea), la orientación a valores supone otorgar a la persona el papel de protagonista e implicarlo en la consecución de resultados de la organización, más allá de los objetivos. Se trata de implicar a las personas en un nivel superior, dando respuesta a una necesidad de autorrealización, tal y como defendía Abraham Maslow en su teoría sobre la jerarquía de las necesidades humanas, ya en el año 1.943.
Es responsabilidad de las empresas alinear, en la medida de lo posible, los valores de la persona con la cultura organizacional. Así, los colaboradores realizan conductas coherentes con su sistema de valores y con el de la organización. La evidencia de esto, personas más motivadas e implicadas con la empresa.
En resumen, la motivación es una herramienta eficaz para el trabajo y la clave del éxito para hacer palanca en las actitudes y comportamientos de las personas hacia los resultados de la organización.