El emprendedor tiene vacaciones?


Por: X. Peralta Maniviesa

Es habitual, entre la inmensa mayoría de emprendedores, compaginar trabajo y descanso (o incluso prescindir de las vacaciones), aunque no parece ésta una opción muy saludable a medio y largo plazo para la persona.

Es importante darse un respiro y desconectar al 100% (¡o, al menos, al 90%!) de los deberes como emprendedor. En este caso, separar de forma clara el rol personal y el profesional es algo más que recomendable (sobre todo si, como muchos emprendedores, su oficina está en el mismo domicilio). En caso contrario, la calidad del servicio que puede ofrecer el profesional disminuye en picado, con la consecuente posibilidad de perder clientes (y la imposibilidad de fidelizarlos).

  1. Planificar las vacaciones. En la medida que el emprendedor es capaz de planificar su actividad a lo largo del año, podrá prever los momentos del año más favorables para tomarse un descanso. Además, anticiparse a las vacaciones, programando el lugar escogido y reservando alojamiento o vuelo, por ejemplo, es una estrategia infalible para no disponer de excusa alguna cuando llegue el momento de descansar.

  2. Vacaciones fraccionadas. Si se conocen los periodos del año más propicios para tomarse un descanso, es posible, tal y como se ha comentado anteriormente, planificar de forma eficaz las vacaciones. Como emprendedor, si se dispone de esta información (no siempre es posible) se pueden proyectar las vacaciones en diferentes momentos del año, como por ejemplo, dos semanas en agosto, una en diciembre y diferentes escapadas de un par de días a lo largo del año.

  3. Pruebas piloto. La ansiedad por abandonar el negocio puede ser muy grande, especialmente entre aquellos emprendedores que se inician como trabajadores autónomos. Por este motivo, se recomienda llevar a cabo pequeñas escapadas, entre semana, para comprobar que es posible tomarse un descanso sin que la actividad se venga abajo.

  4. Marcar límites. A menudo, para un emprendedor es muy complicado desconectarse totalmente de los proyectos que lleva entre manos. Es habitual que, obligado por el calendario del resto de la familia, tenga que tomar vacaciones cuando se encuentra en mitad de un proyecto. En este caso, puede ser de ayuda marcarse, de forma clara e inquebrantable, unos estrictos horarios de trabajo dentro del descanso. Esto pasa por desconectar el teléfono móvil y el ordenador, dedicando un tiempo limitado y fijo al día para el trabajo (por ejemplo, a última hora de la tarde, un par de horas).

  5. Informar (y sensibilizar) a los clientes. Antes de las vacaciones, es necesario informar a los clientes sobre el periodo en el cual no se va a estar operativo. Ante posibles pedidos exigentes por parte de algunos de ellos, es importante llevar a cabo una tarea pedagógica acerca de los plazos de entrega. En la medida de los posible, el cliente debería entender que, en ciertas fechas del año los pedidos tardarán un poco más en llegar.

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