No obstante, el elevator pitch no es únicamente un recurso para captar potenciales inversores para emprender, sino que también es de utilidad para hacer lo propio con posibles clientes o socios. Tener preparado un discurso comercial, que sobre todo ha de caracterizarse por su brevedad, será fundamental para poder ofrecer, en cualquier momento, la visión de nuestro negocio a un interlocutor.
Cómo hacer un elevator pitch
Todo elevator pitch debe contar con tres características básicas. En primer lugar, la brevedad, que es el elemento que da sentido a su denominación. Algunos expertos señalan que su duración no puede ser mayor de tres minutos; otros sostienen que treinta segundos es más que suficiente. El discurso, asimismo, debe ser concreto e ir al grano, pues el tiempo es limitado y conviene centrarse en lo importante. Transmitir pasión y/o despertar curiosidad es otro requisito fundamental.
Algunos especialistas afirman rotundamente que contar con un buen elevator pitch es más eficaz que cualquier plan de negocios. Aquí van algunas recomendaciones para que su interlocutor sea todo oídos:
Ensayarlo. Pese hay quienes lo consideran innecesario, su repetición servirá para poder pulir la presentación y corregir los fallos.
Cuestiones básicas. Un buen discurso debe contestar las preguntas básicas: qué, quién, cómo, por qué… Ha de contener, por tanto, la presentación del propio emprendedor, de la empresa y del producto o servicio en cuestión; en ese orden.
Despertar interés, proyectar pasión. El elevator pitch tiene que mostrar claramente lo ambicioso que es el plan para, de este modo, suscitar interés en el interlocutor.
Exponer el objetivo. Explicar claramente lo que se necesita de quien está escuchando.
Propuesta de valor. No hay que olvidar incluir en el discurso los beneficios para el consumidor del producto o servicio a que se refiere. Para finalizar la intervención, nada mejor que exponer cuáles son las características que hacen diferente (mejor) su empresa de la competencia.
Haciendo un adecuado uso de esta herramienta es posible, en el lugar correcto y con un discurso bien estructurado, lograr atrapar la atención del inversor en pocos minutos. Este está esperando la idea innovadora que revolucione el mercado y puede que usted la tenga.