
En términos generales, los habitantes de Europa del Este son afables y muy dados al contacto personal, siendo los abrazos e, incluso, los besos señales de amistad. Así, esta característica se observa en los empresarios europeos orientales, máxime cuando se ha llegado a un grado determinado de confianza. Cuando la negociación está rozando su culmen se vuelven muy amigables.
No obstante, hay que señalar que las negociaciones suelen ser lentas, pues al empresario de esta zona de Europa le gusta tener los cabos bien atados. Por ello, se aconseja ser paciente y perseverante, ya que el proceso negociador exige su tiempo. Los empresarios letones, por ejemplo, valoran mucho la amistad en las relaciones profesionales para, posteriormente, hablar de negocios.