Las personas físicas y jurídicas que deseen importar mercancias a México deben saber que es requisito imprescindible su inscripción en el Padrón de Importadores, un trámite que se realiza a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Su finalidad es combatir la evasión fiscal y evitar la economía informal fomentando el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los importadores. En este artículo le mostraremos cómo presentar su solicitud.
La economía de cualquier país depende de dos factores fundamentales: la exportación y la importación. Estos dos elementos permiten que los países obtengan aquellos recursos que necesitan para alimentarse, producir bienes y obtener mayores ingresos.
Al igual que en el caso de las exportaciones, si usted desea importar productos del exterior deberá cumplir una serie de trámites tributarios, aduaneros y de seguros. Muchos coinciden en ambos casos, pero otros presentan diferencias.
Si desea comprar productos que llegan desde fuera de nuestras fronteras, necesita la Licencia Fiscal correspondiente, también con miras a satisfacer sus obligaciones relativas al IAE. Para obtenerla tendrá que darse de alta contactando con la Delegación de Hacienda que le corresponda.
La economía arancelaria despliega sus mejores estrategias proteccionistas, que inciden directamente en el funcionamiento y desarrollo del comercio internacional, para proteger la producción de un país y garantizar el equilibrio en su balanza de pagos, tratando de prevenir el déficit. El elemento clave en este tipo de política es la instauración de aranceles que controlen las importaciones.
Las tarifas de entrada de bienes a E.E.U.U se guiarán por lo dispuesto en el arancel armonizado de los Estados Unidos, que se divide por capítulos para facilitar el acceso a tanta información. La guía de las diferentes tarifas y aranceles se puede encontrar en inglés en el siguiente enlace (http://www.usitc.gov/tata/hts/bychapter/index.htm).
A diario, en el entorno del comercio internacional se dan situaciones en las que las barreras del idioma han de ser salvadas por un intérprete, como única manera de negociar. Conocer mejor esta figura, saber cuáles son sus funciones y aprender cómo negociar con ayuda de un intérprete pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso en una operación comercial internacional.
El mercado chino es sumamente atractivo para Occidente por sus potencialidades. Comprar en China es un proceso que se puede abordar desde diversos ángulos y que, como toda operación comercial, no está exento de riesgos. La experiencia en los negocios con el gigante asiático es un grado. Si está pensando en iniciar una relación comercial con empresarios chinos debe tener muy presentes una serie de factores.
La razón de ser y validez de un contrato de comercio internacional, del tipo que sea, vendría dada por la existencia de una serie de elementos que se explican a continuación.
De la misma forma, existen determinadas cláusulas que tienen la cualidad de ser esenciales para un contrato de este tipo y que también quedarán descritas en las próximas líneas.
Aunque son más los elementos que integran un contrato internacional, la esencia del mismo podría definirse por tres imprescindibles: la causa, el objeto y el consentimiento. Quedaría excluida la forma, ya que no existe requisito especial en este caso.
Internet es la herramienta perfecta para comprar productos chinos para empresarios que no son mayoristas. Algunas compañías fuertemente asentadas en la red y con cerca de diez años de experiencia, permiten a los usuarios adquirir todo tipo de productos de origen chino comprando al detalle. Componentes electrónicos, tecnología, ropa de marca, accesorios… prácticamente no hay límites en la oferta y además es posible comprar desde tan solo una unidad.
Los incoterms son reglas internacionales para la interpretación de términos comerciales. Su uso supone un consenso entre los distintos países ya que su significado va más allá de cualquier barrera lingüística.
Al plasmarse en un contrato internacional hacen referencia a la forma de entrega del bien o servicio objeto del mismo, por lo que de su elección dependerán las obligaciones que cada uno de los sujetos del contrato contraerá en virtud del mismo, así como los derechos respecto a dichos bienes objeto del contrato.