En primer lugar, o bien la gran parte de las acciones con derecho a voto son propiedad de los miembros de la familia que fundaron la compañía, o bien de sus padres, hijos o cónyuges.
En segunda instancia, la mayoría de los votos puede ser directa o indirecta.
La tercera característica guarda relación con la gestión de la compañía, ya que al menos un miembro de la familia ha de participar en ella.
Finalmente, y respecto a las empresas cotizadas, son consideradas familiares si el fundador de la compañía o sus descendientes poseen al menos el 25% de los derechos de voto a los que da derecho el capital social.
Otra definición la ha dado la Comisión de Hacienda del Senado. Así, esta institución ha sentado algunas características básicas, como el hecho de que la familia cuente con una participación importante del capital social, que dicha familia ejerza el control de la sociedad y participe en el gobierno de la misma y, finalmente, que haya intención de continuidad de la compañía incorporando a las futuras generaciones familiares.
Ventajas de una Empresa Familiar
La primera ventaja se asocia a la cultura empresarial. Se basa en los valores de la familia y en el objetivo de que el negocio continúe unas cuantas generaciones.
Ya que la empresa es familiar, el compromiso entre todos los miembros es compartido, así como el sentido de responsabilidad.
Además, ese deseo de lograr que el negocio perdure facilita la visión a largo plazo, un negocio que se basa en años de experiencia y conocimiento que se traspasa de generación en generación.
El Dilema de la Profesionalización y la Sucesión
En el extremo opuesto se encuentran los retos a los que se suelen enfrentar los negocios familiares.
Uno de ellos es el de la profesionalización ya que en un entorno familiar en el que los conocimientos son heredados tiene más cabida la costumbre que la innovación. No obstante, adaptarse a los nuevos métodos de gestión es básico. La solución pasa, en este sentido, por la profesionalización y formación de los sucesores.
Por su parte, la mayoría de los expertos coinciden en que una sucesión a tiempo puede salvar a la empresa de un fracaso estrepitoso. Sobre todo, hay que tener especial cuidado en la transición entre la primera generación y la segunda.
En conclusión y, según las ventajas y debilidades más importantes de la denominada Empresa Familiar, este tipo de negocio constituye un colectivo muy importante, dentro de las Pymes en España, para la economía del país.