La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el mobbing como el comportamiento agresivo y amenazador de uno o más miembros de un grupo, el acosador, hacia un individuo, el objetivo o la víctima, en el ambiente de trabajo. No obstante, hay que aprender a diferenciar el mobbing o violencia psicológica continuada de un conflicto laboral aislado.
De acuerdo a la organización Workplace Bullying Institute de Estados Unidos, el mobbing no se aplica en el caso de una disputa entre dos iguales que están en desacuerdo acerca de un asunto, “no es la simple grosería”. Para que podamos hablar de acoso en el entorno empresarial, según la OMS, deben darse cinco factores:
Que no sea un suceso puntual y que al menos se prolongue seis meses.
Que sea frecuente y suceda, como mínimo, una vez a la semana.
Que exista una víctima concreta, es decir, que no sea simplemente una situación de mal ambiente laboral generalizado.
Que el acoso perpetrado no sea consecuencia de la conducta de la víctima.
Que el acosado no muestre un trastorno de personalidad previo con historial de conflictividad
¿Cómo se manifiesta el mobbing?
La violencia o acoso continuado hacia una persona se manifiesta con conductas crueles y premeditadas por parte del acosador con el fin de aislar a su víctima del grupo. Resulta muy complicado detectar cuándo comienza este fenómeno y cuáles son sus causas. De hecho, ni el propio trabajador que sufre el abuso es consciente de que realmente está siendo víctima de mobbing.
Usualmente, a juicio de la compañía mexicana especializada en reclutamiento de personal OCC Mundial, algunas de las señales de alarma de que este tipo de abuso está afectando al buen clima laboral son la propagación de rumores y calumnias, el aislamiento a la persona y los insultos y amenazas.
Además, el mobbing, en términos generales, se desarrolla de acuerdo a las siguientes fases:
Aparición del conflicto. Esta etapa comienza al darse cuenta el afectado de que algo marcha mal y, por ejemplo, empieza a recibir ataques, tanto directos (críticas) como indirectos (rumores).
Hostigamiento. En esta fase el acosador muestra su hostilidad abiertamente para desestabilizar a la víctima. ¿Qué causa estos ataques? Probablemente el primero considera que la segunda es “una piedra en su camino” y la ve como una amenaza por lo que la finalidad de su estrategia de hostigamiento es conseguir que se sienta excluida.
Intervención de la empresa. La compañía es consciente de la situación y decide tomar cartas en el asunto, aunque puede ser demasiado tarde. En esta fase, la empresa puede determinar que lo mejor es que el acosado sea derivado a otro lugar de trabajo, contribuyendo a una mayor culpabilización, o, incluso, es posible que el problema esté muy avanzado y abandone su vida laboral bajo el diagnóstico de depresión.
La prevención es la clave
¿Qué puede hacer la empresa para evitar esta clase de conflictos en el ámbito laboral? Si un trabajador sufre mobbing, la compañía también se ve afectada, pues según un estudio, en México este fenómeno es uno de los principales causantes de ausentismo, baja productividad y mal clima laboral.
'Sensibilizando sobre el acoso psicológico en el trabajo' es una guía elaborada por la OMS que da algunas pautas a los empresarios para concienciarles de que el mobbing es un problema creciente que no debe ignorarse ni subestimarse.
En esta línea, atajar este conflicto laboral con éxito implica tomar también medidas preventivas. Se debe, por tanto, informar y educar debidamente a los trabajadores sobre el mobbing y sus consecuencias mediante la confección de guías que contengan información sobre los efectos perjudiciales de este problema en la salud y la calidad de vida e, incluso, a través de la realización de códigos de comportamiento éticos. Asimismo, la OMS recomienda incluir cláusulas en los contratos “que regulan la materia y aplican sanciones para cualquier rompimiento de reglas”.
Convenientes son, además, la puesta en marcha de medidas eficaces una vez que el empresario se ha dado cuenta de que un empleado está sufriendo mobbing. Disponer de un confidente cuyo cometido sea el de escuchar a cualquiera que se sienta víctima de un acoso laboral es vital para que este tenga en quien apoyarse. Igualmente importante es contar con un mediador que dé la oportunidad a las partes de sentarse a analizar sus diferencias y a encontrar posibles soluciones.
Incluso, dado que el mobbing puede traer consecuencias bastante serias a los trabajadores, la empresa debería habilitar grupos de apoyo a la sensibilización, formado por personas que hayan pasado por circunstancias similares, de modo que facilite a las víctimas abordar su situación.
Todas estas medidas que puede adoptar la empresa no serán en balde, ya que el acoso laboral realmente puede llegar a afectar el rendimiento y productividad del trabajador.