Ventajas y desventajas de las licitaciones publicas


Por: Marta B.

¿Qué son las licitaciones?

Las licitaciones son las solicitudes de propuestas que lanza la Administración Pública cuando tiene una necesidad que cubrir a través de un producto o un servicio. En los pliegos de estas publicaciones se contiene la siguiente información:

  • Qué se requiere para cubrir dicha necesidad.

  • Lugar y momento donde es necesario el producto o servicio.

  • Requisitos que deben cumplir los proveedores.

  • Método de evaluación de las propuestas recibidas.

Principales ventajas e inconvenientes de vender a la Administración Pública

Entre las principales ventajas de convertirse en licitador encontrará las siguientes:

  • La Administración es un cliente muy grande, con muchas necesidades.

  • El ser proveedor de la Administración Pública puede abrirle puertas a otros negocios, gracias al prestigio profesional y la importante promoción que ello supone.

  • Pese a que es necesario preparar un gran volumen de documentación para presentarse a una licitación, generalmente es el mismo que se ha de presentar a cualquiera de ellas, por lo que, una vez que lo tenga listo lo puede emplear para distintas convocatorias.

  • Las compras que la Administración realiza vienen respaldadas por los presupuestos aprobados para ese periodo, por lo que se presupone la solvencia.

  • Sin embargo, la aventura de vender a la Administración Pública no está exenta de inconvenientes que deberá valorar para asegurarse de si le interesa embarcarse en un proyecto de ese tipo. Los más significativos son los siguientes

    • El volumen de documentación que se ha de aportar para poder participar en la licitación, que supone un esfuerzo de tiempo y económico en algunos casos, y no implica conseguir el contrato.

    • La inflexibilidad del sistema, ya que una vez que se le ha adjudicado el contrato la rigidez impera y se habrá de ceñir estrictamente a lo que quedó definido en su propuesta, sin posibilidad de negociaciones durante el curso de la relación con la Administración.

    • La posibilidad de sufrir penalizaciones si se modifica alguno de los términos de la oferta que presentó a licitación.

    • La lentitud en el pago, que se efectuará una vez se dé por terminado el objeto de la licitación sea servicio o entrega de producto, y en el plazo que se estableciera para ello en las condiciones de la propuesta (y que generalmente no suele ser inferior a seis meses).

    • La satisfacción del cliente (la Administración Pública) no le garantiza una prórroga de su contrato o la firma de uno nuevo al término del original, sino que probablemente tenga que volver a presentarse a licitación y volver a competir en igualdad de condiciones con el resto de candidatos interesados.

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