¿Qué son las licitaciones?
Las licitaciones son las solicitudes de propuestas que lanza la Administración Pública cuando tiene una necesidad que cubrir a través de un producto o un servicio. En los pliegos de estas publicaciones se contiene la siguiente información:
Qué se requiere para cubrir dicha necesidad.
Lugar y momento donde es necesario el producto o servicio.
Requisitos que deben cumplir los proveedores.
Método de evaluación de las propuestas recibidas.
Principales ventajas e inconvenientes de vender a la Administración Pública
Entre las principales ventajas de convertirse en licitador encontrará las siguientes:
La Administración es un cliente muy grande, con muchas necesidades.
El ser proveedor de la Administración Pública puede abrirle puertas a otros negocios, gracias al prestigio profesional y la importante promoción que ello supone.
Pese a que es necesario preparar un gran volumen de documentación para presentarse a una licitación, generalmente es el mismo que se ha de presentar a cualquiera de ellas, por lo que, una vez que lo tenga listo lo puede emplear para distintas convocatorias.
Las compras que la Administración realiza vienen respaldadas por los presupuestos aprobados para ese periodo, por lo que se presupone la solvencia.
Sin embargo, la aventura de vender a la Administración Pública no está exenta de inconvenientes que deberá valorar para asegurarse de si le interesa embarcarse en un proyecto de ese tipo. Los más significativos son los siguientes
El volumen de documentación que se ha de aportar para poder participar en la licitación, que supone un esfuerzo de tiempo y económico en algunos casos, y no implica conseguir el contrato.
La inflexibilidad del sistema, ya que una vez que se le ha adjudicado el contrato la rigidez impera y se habrá de ceñir estrictamente a lo que quedó definido en su propuesta, sin posibilidad de negociaciones durante el curso de la relación con la Administración.
La posibilidad de sufrir penalizaciones si se modifica alguno de los términos de la oferta que presentó a licitación.
La lentitud en el pago, que se efectuará una vez se dé por terminado el objeto de la licitación sea servicio o entrega de producto, y en el plazo que se estableciera para ello en las condiciones de la propuesta (y que generalmente no suele ser inferior a seis meses).
La satisfacción del cliente (la Administración Pública) no le garantiza una prórroga de su contrato o la firma de uno nuevo al término del original, sino que probablemente tenga que volver a presentarse a licitación y volver a competir en igualdad de condiciones con el resto de candidatos interesados.