La viralidad es un recurso muy atractivo para el marketing digital u online. El motivo es que permite llegar a más gente de una forma prácticamente gratuita, por lo que, si se sabe aprovechar, supone una ventaja para las empresas y sus marcas. Se puede decir que es una alternativa barata para hacer publicidad.
Estas son algunas de las claves que explican el efecto viral:
El mensaje
Aunque es una obviedad, conviene recordar que lo que se pretende convertir en un contenido viral debe tener la cualidad de despertar el interés de la audiencia. Si no es así, nadie lo difundirá. Debe ser algo que, por alguna razón, resulte divertido, impresionante o emocionante. Un formato muy utilizado es el del vídeo contando una historia llamativa, pero también funcionan las noticias originales u exclusivas, las fotos curiosas, los concursos e incluso las ofertas comerciales.
Hay que aclarar que, aunque un mensaje espontáneo emitido por cualquier internauta o personaje famoso puede igualmente llegar a ser un viral, en este artículo nos referimos a los que se preparan para satisfacer un objetivo de marketing, es decir, que su finalidad sea publicitaria o propagandística.
Un ejemplo es el vídeo de la canción “Amo a Laura” fue un éxito viral en España. Solo cuando alcanzó una gran notoriedad se supo que se trataba de una campaña de la cadena MTV.
Las redes sociales
El principal canal donde se desarrolla la viralidad es en las redes sociales. De hecho, gracias a ellas se disparó el fenómeno del boca a boca virtual. Antes de su aparición, la vía de transmisión más utilizada era el correo electrónico, dada la facilidad que ofrece para reenviar un email a una lista de contactos.
Las redes sociales más populares, Facebook y Twitter, disponen de unas herramientas que facilitan que la difusión de un mensaje se amplifique hasta niveles, en ocasiones, difíciles de calcular. En el caso de Facebook, un usuario tiene la posibilidad de promocionar un contenido entre sus amigos de, al menos, tres formas: compartiéndolo, dándole un “Me gusta” o comentándolo. En Twitter, puede retuitearlo (reenviar un tuit a sus seguidores).
La cadena expansiva
Imaginemos que una pequeña empresa (PYME) sube a su página de fans en Facebook el enlace a una noticia, publicada en su blog corporativo, en la que explica la última innovación que ha incorporado a sus productos. Supongamos que en esa red social cuenta con 700 fans, de los que 14 (un 2%) consideran tan interesante la información que deciden compartirla con sus contactos. Si esos 14 tienen una media de 200 amigos, la noticia le habrá llegado, normalmente en muy poco tiempo, a 2.800 internautas que en principio no eran seguidores de aquella empresa. A partir de ahí, la cadena expansiva podría seguir y el efecto viral, crecer, favoreciendo la publicidad de la noticia.
Por tanto, la viralidad es una magnífica estrategia para hacer marketing a bajo coste. Ahora bien, aunque a primera vista pueda parecer lo contrario, preparar un mensaje con capacidad viral es complicado, ya que la gente recibe mucha información a través de las redes sociales y no es fácil captar su interés. Por esa razón es aconsejable que las PYMES se asesoren antes de iniciar una campaña de este tipo.