¿Vender más?
¿Ganar notoriedad?
¿Ampliar el perfil de sus clientes?
¿Conseguir suscriptores?
¿Atraer tráfico a su web?
Lo ideal es que se haga todas las preguntas posibles relacionadas con la posición que ocupa su empresa o actividad en el mercado y la que le gustaría ocupar hasta acotar su objetivo. Si una vez definido cree que lo mejor es recurrir al Marketing de Guerrilla, le ofrecemos 9 reglas de oro para implantar un plan:
Olvídese de los viejos métodos. Cambie su forma de pensar cuando se plantee la manera en que debería de comunicar un mensaje. Las técnicas tradicionales de hacer publicidad están en desuso, al menos para las empresas con escasos recursos económicos. Apostar por una campaña de guerrilla implica esforzarse en la creatividad. Hay que sorprender.
Piense siempre en clave digital. Aunque su acción se realice en la calle, en un evento o en un punto de venta, procure que tenga repercusión y continuidad en Internet. A estas alturas sobra recordar que es un error imperdonable desaprovechar el poder de difusión de la red.
Apóyese en profesionales. A pesar de que tenga poco dinero y le parezca que su plan es fácil de ejecutar como para hacerlo usted mismo o encargárselo a un empleado sin experiencia y ocupado con otras tareas, es preferible que invierta en un profesional del marketing.
No deje que su marca la maneje cualquiera. Cuídela, es su mayor tesoro. Tenga en cuenta, por ejemplo, que para aprovechar las redes sociales con fines comerciales no es suficiente con saber utilizar un perfil personal en Facebook.
Viral sí, pero no pierda de vista su objetivo. Hay iniciativas de guerrilla que han alcanzado una gran visibilidad en Internet pero luego no se han traducido en ventas para el anunciante. Tan importante como que su mensaje sea viral (que lo comparta mucha gente) es que destaque las cualidades de sus productos o servicios. Al receptor debe quedarle claro quien está detrás de la campaña.
Apunte a su público. Cada vez hay más herramientas tecnológicas que permiten filtrar a los consumidores para poner el foco en los que le interesan a su empresa.
Vigile a sus rivales. Conocer lo que están haciendo sus competidores en el terreno de la guerrilla le puede resultar útil para diseñar su estrategia.
Controle los resultados. El impacto de un plan de este tipo debe supervisarse con detalle desde el principio. Solo así se podrán medir su efectividad e incorporar cambios si fuera necesario.
No engañe. Aunque esta regla debería darse por supuesta, es conveniente recordar que no debe prometer algo que no pueda cumplir. El boca a boca es fantástico si va a su favor, pero también puede ir en su contra si crea falsas expectativas a sus clientes.