Nos encontramos, de esta manera, frente al marketing de contenidos, que consiste en la creación de contenido de interés para el público potencial de una empresa, valiéndose de las herramientas que ofrece la red: blogs, redes sociales, newsletters, etc. No se debe confundir con los contenidos promocionales ni con la publicidad encubierta, pues se trata de información útil para el usuario, aunque esté relacionada de algún modo con el producto o servicio que la compañía comercializa.
He aquí un ejemplo para que se vea con mayor claridad: una empresa que comercializa productos para el cuidado de la piel puede incluir en su página web un blog donde proporcione información a los internautas acerca de cómo combatir la sequedad de la piel o qué protección solar usar en la playa. De esta forma, la compañía logra captar la atención del usuario, gracias a la confección de un contenido que les puede interesar.
¿Para qué sirve el marketing de contenidos?
El marketing de contenidos es una modalidad eficaz para generar vínculos entre las empresas y sus clientes. Atrás quedaron las trasnochadas estrategias que solo buscaban generar enlaces que condujeran hacia la marca de modo que ésta acaparara más y más visitas de consumidores potenciales. Actualmente, esa visibilidad e influencia deseada se logra a través del desarrollo de contenidos atractivos para el público, lo que supondrá establecer vínculos de confianza que desembocarán en una mayor credibilidad de la marca.
En esta línea, uno de los beneficios del marketing de contenidos es que contribuye a fidelizar a la audiencia y, además, mantiene la atención del receptor por el simple hecho de estar ofreciéndole información que coincide con sus gustos y/o intereses. De esta forma, la posición de la empresa mejora ostensiblemente ya que propicia que el contenido útil se comparta a través de las redes sociales.
Incluso, las ventas directas pueden experimentar un crecimiento, pues está estudiado que los contenidos de calidad pueden influir en la decisión de compra del consumidor.
Otra ventaja es que el marketing de contenidos es altamente rentable, es decir, cuesta aproximadamente un 62% menos que otros medios tradicionales. De hecho, no tiene por qué ser indispensable contratar profesionales externos que se encarguen de elaborar la información, sino que pueden ser producidos dentro de la propia empresa.
Las claves para confeccionar el plan de marketing de contenidos
Este tipo de marketing puede adquirir numerosas formas: blogs, newsletters, redes sociales, multimedia o, también, juegos. Sea cual sea la modalidad que se elija, lo que hay que realizar en primer lugar es un estudio de mercado con el objetivo de determinar qué contenidos atraerán a los consumidores y dónde se publicarán para que los usuarios puedan acceder a ellos. Para ello habrá que prestar atención a los temas que más interesan a los internautas y analizar sus pautas de comportamiento para poder identificar sus gustos e inquietudes.
El siguiente paso es la definición de los objetivos. ¿Qué pretendo? ¿A dónde quiero llegar? Si no se fijan las metas, será muy difícil obtener los resultados esperados. Una vez que se conoce qué se quiere hacer, vienen las siguientes preguntas ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿quién? Durante esta etapa se desarrollan las tácticas a emplear, como por ejemplo: publicaciones en foros, blogs, redes sociales, e-mail marketing y, en general, envío de publicidad por todos los canales posibles para dar a conocer determinados contenidos.
Si ya se ha decidido el responsable de ejecutar el plan y la tecnología a utilizar, el siguiente paso es llevar a cabo el plan editorial, a través del cual se seleccionarán los contenidos (mejor si son originales para que no haya problemas con Google). También toca valorar las distintas plataformas en Internet que se usarán para su difusión. Y, finalmente, es la hora de evaluar y medir los resultados y, en su caso, reconsiderar las estrategias y técnicas adoptadas.
Tal y como se ha visto, tenemos delante una modalidad de marketing muy beneficiosa para todas aquellas pymes que, efectivamente, sí tienen algo que decir.