Como sabemos, la presencia de una marca en el mundo de las redes sociales es sumamente importante y estar al tanto de nuevas tendencias nos permite impactar a nuestro consumidor.

Teniendo en cuenta que la página web representa, actualmente, uno de los principales instrumentos de comunicación y comercialización de las organizaciones, es indispensable dedicar energía y esfuerzos en su desarrollo y difusión.

Muchos emprendedores y empresas han intentado darse publicidad por ellos mismos en Facebook con el fin de que alguien los encuentre y necesite de sus servicios, pero Facebook ya no es una buena forma para hacerlo ya que han creado un algoritmo en el cual sólo filtra o demuestra a tus amistades lo que les llamaría la atención, localizando previamente lo que más visitan y comparten y así generar su propio estilo. Por lo tanto, si alguno de nuestros amigos comparte algo y no está adentro o no pasa ese algoritmo no será posible que lo veamos, sin importar que tengan la opción de que sea visible para todos nuestros amigos o seguidores, ahora Facebook tiene como estrategia que paguemos por ello. Es decir que sin promoción pagada tenemos menos oportunidades de ser tomados en cuenta.

Su negocio está en Facebook y en Twitter, usted además está en LinkedIn y Google+, es asiduo a Flickr y Pinterest y en su empresa es habitual la comunicación directa vía servicios de mensajería instantánea.

Con el auge de las redes sociales y la progresiva implantación de las empresas en Internet, ha ido cobrando cada vez más fuerza el concepto de reputación online. Dar buena impresión en el entorno web se convierte, de este modo, en una de las principales obsesiones de las organizaciones que se vuelcan por conseguir extraer de los internautas tantas opiniones positivas como sea posible. No hay que olvidar que, en la red, los usuarios se muestran influenciables y se dejan guiar por las valoraciones que han hecho otros del producto o servicio en cuestión antes de lanzarse a adquirirlo.