Para los negocios que, quizá por ser pequeños, aún no han entrado en Twitter, estos son algunos consejos básicos que pueden resultar útiles a la hora de abrirse una cuenta:
Nombre de usuario
Es la primera decisión relevante que se debe tomar. El nombre de usuario tiene que ser único (no puede repetirse) y aparecerá, precedido de una arroba (@), cada vez que alguien lo cite en un mensaje (por ejemplo, @pymerang). También figurará en la dirección (URL) de la página.
Lo ideal es elegir uno que sea igual, o lo más parecido posible, al nombre real del negocio. Hay que procurar además que sea corto (el tamaño máximo es 15 caracteres) y que no lleve números ni guiones que luego puedan dificultar su búsqueda. Además del nombre de usuario, para crear la cuenta hay que dar el nombre completo (este sí debe ser exactamente el de la empresa; no importa que se repita), un correo electrónico y una contraseña (todo eso se anota en la web de registros de Twitter).
Información de biografía y fotos
Para atraer seguidores y transmitir una buena imagen, es fundamental rellenar la biografía del perfil con una descripción de la actividad de la compañía e incluir la dirección de su web. Si se trata de una pyme que aún no dispone de sitio corporativo, podría añadir el enlace a su página en otro medio social. Tan importante como eso es personalizar el espacio de la empresa en Twitter subiendo las tres fotos permitidas: avatar (la pequeña cuadrada que, en este caso, suele coincidir con el logotipo), encabezado (ocupa la franja superior, encima del listado de mensajes) y fondo. Conviene utilizar imágenes de calidad y con el tamaño adecuado.
Número de cuentas y de administradores
Lo normal, y más recomendable, es que la empresa tenga una sola cuenta. Ahora bien, en determinadas circunstancias puede estar justificado el mantener algunas más, como por ejemplo cuando la entidad opera en diferentes países o quiere disponer de un canal dedicado sólo a atender las preguntas de los clientes. La decisión dependerá de su estrategia de comunicación digital.
Por otra parte, suele ser habitual que una organización tenga la necesidad de que más de una persona acceda a la gestión de sus mensajes. Para resolverlo, Twitter permite que el responsable del perfil corporativo nombre “colaboradores”. También existe la posibilidad de acceder desde aplicaciones externas (por ejemplo, Hootsuite).
Primeros tuits y seguidores
Es conveniente enviar unos cuantos tuits (los mensajes de 140 caracteres) para inaugurar la página o “timeline”, para que no se vea tan vacía, antes de intentar captar a los primeros seguidores o “followers”. En este sentido, el consejo más oportuno es que se publique contenido interesante, ya sea propio (elaborado para el blog de la empresa) o de otros sitios, y que se empleen etiquetas o “hashtags” para facilitar su localización. En cuanto a la búsqueda de seguidores, conviene fijarse un plan para promocionarse entre los consumidores con potencial para convertirse en clientes. Hay que centrarse en los sectores relacionados con el negocio.
En definitiva, esto es sólo una breve introducción, pues Twitter ofrece a las empresas un montón de alternativas para gestionar su cuenta, sobre todo desde aplicaciones desarrolladas por terceros, como Twitterfeed o TweetDeck. Si el comienzo resulta complicado y se dispone de presupuesto, siempre está la opción de contratar a un experto en redes sociales (Community Manager).