Exportar a los Emiratos Árabes: alternativas posibles
Puede plantearse distintas maneras de exportar a los Emiratos Árabes, entre las que se encontrarían:
Abrir una sucursal de su empresa en el destino: el coste de apertura podría ser reducido, sin embargo debe contar con unos plazos de tiempo importantes hasta que consiga cumplir con todos los requisitos y trámites.
Abrir una oficina de representación: necesita contratar a un agente local ya que usted no tendrá capacidad ni para facturar ni para firmar contratos vinculantes.
Operar a través de una empresa local: el problema que surge ante esta alternativa es que en realidad su empresa carece de presencia en el mercado local, donde sólo se reconocería a la empresa emiratí.
Operar a través de una empresa local que le otorgue un poder legal para firmar en su nombre: en este caso la empresa también sería local en su totalidad.
En el caso de que usted necesite vincularse a un distribuidor o a un agente internacional que se encargue de la comercialización de sus productos en el país ha de saber que:
Debe buscar un socio de origen local y en régimen de exclusividad.
A efectos legales (y de acuerdo al sistema normativo del país) no existen diferencias entre las figuras del distribuidor y el agente comercial.
Le conviene informarse de si su contacto es una agencia comercial registrada o no, ya que cada una se ve afectada por diferentes normativas con distintos niveles de protección.
Barreras arancelarias y no arancelarias
En los Emiratos Árabes la mayoría de productos están gravados con un arancel del 5%, aunque existen algunos que deben soportar gravámenes muy superiores, tales como el tabaco o el alcohol (aranceles del 100 y el 50% respectivamente). Por otra parte, también es posible encontrar un gran número de mercancías que, debido a su importancia, quedarían exentas de pagar estos aranceles. En cualquier caso, puede consultarse en este enlace (disponible en inglés) la lista completa de aranceles según el producto.
Como en muchos otros países, también puede observarse la presencia de barreras no arancelarias al comercio, entre las que cabría destacar:
Solicitud de certificados de origen innecesaria.
Doble imposición de aranceles.
Diferencia en los estándares aplicados a cada producto.
Prohibición de importación de productos cárnicos procedentes de la UE.