Constantemente las empresas tienen que enfrentarse a nuevos retos. Uno de los que más les pueden preocupar está relacionado con la innovación, con no quedarse estancados y anticuados. En la carrera por la competitividad es el talento humano de la organización el factor decisivo para tener más probabilidades de alcanzar antes la meta. El espíritu emprendedor y comprometido, las nuevas ideas y la iniciativa para trabajar en ellas con el objetivo de darle un impulso a la compañía, son virtudes de ciertos empleados que merecen un reconocimiento. Hay que saber identificarlos: son los intraemprendedores.

¿Saben las organizaciones reconocer las crisis y gestionarlas en consecuencia? Parece ser que no siempre es así, lo que puede llevar a una pérdida de prestigio de cara a los stakeholders de la empresa. Una inadecuada gestión de la crisis puede conllevar una importante pérdida de presencia en el mercado.

Una nueva ley desfavorable, una mejora competitiva de la competencia, un fallo en la calidad del producto, servicio o proceso, etc., pueden llevar a situaciones que pongan a su negocio al borde del abismo.