Parece difícil para un empresario poder administrar todos estos factores al mismo tiempo de manera balanceada y efectiva, pero para ello un sistema de gestión de la calidad puede ser la respuesta.
¿Qué es un sistema de gestión de calidad?
Es un sistema para establecer la política y los objetivos de la organización enfocándose principalmente en el cliente. Muchos empresarios creen que implementar un sistema de este tipo es caro, o es sólo posible para empresas de gran tamaño como las multinacionales, pero la realidad es que todas las empresas tienen objetivos en común: satisfacer al cliente, a los dueños y a los empleados, entonces, ¿por qué no usar la misma metodología? Es más, las pequeñas empresas tienen algunas ventajas sobre las más grandes:
Pueden moverse y adaptarse más rápido que las grandes porque las ideas innovadoras se aprueban más fácilmente.
Los canales de comunicación son más cortos y simples ya que no hay tantos niveles en la pirámide organizacional.
Existen menos procedimientos burocráticos que demoren la toma de decisiones.
Los empleados generalmente tienen mayor poder de autoridad e independencia.
Los empleados tienden a formar equipos más duraderos y tener una relación más cercana con sus compañeros.
Los empleados pueden ver los resultados de sus actos mucho más claramente y en menos tiempo.
Todas estas ventajas ayudan mucho en el momento de crear una cultura de calidad. Lo importante es que todos los empleados estén al tanto del objetivo de la Dirección General y que se comprometan con la mejora de la empresa como si fuera propia. Como se mencionó al principio, no sólo alcanza con un buen producto, sino que calidad implica que el cliente va a recibir una experiencia única al precio que está dispuesto a pagar.
La gestión de la calidad puede implementarse desde el inicio de la empresa, que es lo más conveniente para generar una cultura de calidad desde su origen, o puede implementarse en la empresa en marcha. Mientras la gerencia ponga a disposición los recursos y los empleados la motivación, se pueden lograr grandes mejoras en la rentabilidad de la empresa ya que se crea un círculo virtuoso. Cuanto mejor es el producto y el servicio que la empresa ofrece, más satisfechos están los clientes y compran más, por lo que los empelados también se sienten más conformes con su trabajo y están mejor predispuestos, lo que realimenta al cliente que es bien atendido a seguir comprando y recomendar el negocio, y a los dueños a seguir invirtiendo en el crecimiento.
Hay muchas formas de implementar calidad en la empresa: puede ser formalmente a través de la norma ISO 9001 y certificar la implementación con un organismo externo para poder dar confiabilidad internacional; capacitando a todos los empleados con la metodología de Six Sigma que hizo tan famosa Motorola y GE; o utilizando herramientas de Lean como Toyota. También puede implementarse con un consultor o con empleados de la empresa directamente. Cada empresario debe buscar lo que mejor se adapte a su bolsillo, a sus ganas de crecer y a la cultura de su empresa. Lo principal es tomar la decisión de querer mejorar.
Si está interesado en conocer más sobre la calidad, haremos una presentación del tema en expoEFI, una exposición en Argentina dedicada a economía, finanzas e inversiones de las empresas. Se llevará a cabo en Buenos Aires el 26 y 27 de marzo en el Hotel Hilton, y el workshop sobre calidad se hará a las 15h del día 26. La entrada es gratuita.
¡Muchos éxitos con la implementación!