De entre todos estos modelos, se pueden rescatar estos estilos de liderazgo, en muchas ocasiones complementarios:
Participativo. El líder posee la firme creencia de que las personas sienten interés por el trabajo y muestran una actitud positiva hacia el mismo, lo que convierte al directivo en un facilitador de cambios y que comparte decisiones, más que un “jefe” que ordena y manda.
Directivo. Aquí el líder se orienta hacia la tarea y tiene poco en cuenta el aspecto relacional dentro del equipo, por lo que decide él sin el asesoramiento del equipo, define las tareas y comunica cómo, cuándo y dónde hay que hacerlas.
Preparador. Los líderes que preparan muestran un alto componente directivo y a la vez también participativo. Es altamente recomendable para equipos aún no demasiado maduros, que necesitan ser escuchados.
Controlador. Es un estilo de liderazgo que se basa en los resultados y para ello pone toda la energía en supervisar cómo se realizan las tareas, sin interesarse demasiado en la capacitación de las personas.
Laisser-faire. El líder no interviene en el funcionamiento del equipo. Tiene delegadas la mayoría de las funciones, ya que los profesionales se muestran competentes y motivados con su trabajo.
Inspirador. El líder comunica los objetivos y facilita el feedback a los trabajadores en base a la consecución de las metas, basándose en el aprendizaje de la persona y en la motivación intrínseca que ello supone.
Coach. El líder se convierte en un guía para sus colaboradores, los cuales deben buscar en ellos mismos los recursos necesarios para dar respuesta a las exigencias del puesto.
Visionario. Aporta visión de futuro y marca el camino a seguir, de forma que los colaboradores disponen de los conocimientos necesarios para alcanzar los resultados esperados.
Promotor. Este estilo de liderazgo se aplica a aquellos líderes que buscan continuamente el cambio, manteniendo la estabilidad y continuidad necesaria en el equipo para adaptarse a los nuevos escenarios.
Ejemplo. El líder que busca ser un ejemplo para sus colaboradores cuida convenientemente cada uno de sus comportamientos para que reflejen los valores inherentes del equipo y de la organización.