Por lo tanto, la cultura determina los comportamientos de los trabajadores. Ante esta afirmación, ¿sigue usted dudando acerca de la importancia de la cultura en las organizaciones, sea cual sea su tamaño?
La cultura en una multinacional o en una PYME
La gran diferencia entre una gran empresa y una PYME es hasta qué punto se hace explícita esta cultura, se trabaja entre el equipo y cómo se conduce e instrumentaliza para lograr los objetivos de la organización. Uno de los errores más frecuentes en las pequeñas y medianas empresas es despreciar los valores como herramientas para mejorar el rendimiento de los colaboradores.
Cuando en las grandes multinacionales se elaboran documentos y se desarrollan acciones para sensibilizar a los trabajadores acerca de sus valores (en muchas organizaciones se pueden ver pintados en sus paredes o incluso los utilizan para poner nombre a las salas de reuniones, por ejemplo) lo que tratan es conseguir personas alineadas con la empresa. Buscan, finalmente, que se interioricen los valores y que se comporten en base a éstos, de manera coherente.
La cultura en las PYMES
Vista la trascendencia de la cultura en el funcionamiento organizacional, se hace necesario revisar el prisma que utilizamos para visualizar los valores. Aunque no sean tan aparentes, los valores se afianzan con el tiempo, a fuerza de repetir acciones y procedimientos, estableciéndose costumbres y tradiciones, etc. Y en cada organización, aunque existan semejanzas, se desarrolla una cultura diferenciada y única.
En sus orígenes, estos valores emanan del empresario/a o emprendedor/a. Su carácter impregna la manera de hacer de la organización y lo difunde a las personas de su equipo. Sus valores se ponen de manifiesto en el espíritu mismo de la organización. No sólo eso, a medida que la empresa se dimensiona, es el/la fundador/a el que escoge a sus compañeros de viaje, por lo que trata, por todos los medios, de preservar la cultura seleccionando a personas con valores afines.
Consolidar la cultura en las PYMES
A medida que la empresa va creciendo, el mayor reto que se puede plantear el/la empresario/a es preservar esta cultura entre los recién llegados. Si logramos que los valores se consoliden y se acepten como propios por parte de todos y cada uno de los trabajadores, conseguiremos los comportamientos deseados para lograr los objetivos de la organización.
Ésta parece ser la única vía para conseguir una empresa coherente y sin fisuras, en la que el equipo se comporta tal y como se espera.