Hacer progresar a los demás
La dirección basada en las personas supone una intrínseca capacidad de fomentar la cooperación dentro del equipo. Desde aquí, el líder contribuye al progreso de los demás, gracias a la formación y el estímulo del potencial de cada uno de los colaboradores. Asume la responsabilidad para desarrollar las competencias de los trabajadores, que con esta perspectiva pasan a considerarse personas, y no recursos humanos.
Como se ha dicho, se trata de promover la expresión del potencial individual, permitiendo la autonomía de cada persona y la asunción de responsabilidad e influencia, para lograr un comportamiento más efectivo en la organización. Se crean las condiciones adecuadas para permitir a las personas expresarse mejor, reconocer el valor de su trabajo y estimular el crecimiento personal y profesional.
Para hacer progresar a los demás le recomendamos que:
- Reconozca los rasgos distintivos y las cualidades de cada persona.
- Promueva el desarrollo del potencial individual.
- Refuerce la autoestima en los colaboradores.
- Desarrolle su autonomía.
- Estimule la motivación de crecer.
El líder como coach
Para hacer crecer a las personas y sus capacidades, es necesario que usted asuma el rol de guía y de entrenador de sus colaboradores. Es necesario que ayude al equipo a crecer mediante un desarrollo continuo y controlado, para así promover la integración y la cohesión dentro del equipo.
Se trata de que fomente este desarrollo facilitando ocasiones de aprendizaje en las que se evalúen tanto los aspectos positivos como las oportunidades de mejora de las personas. Esto se consigue desde el respeto y la escucha activa, de forma voluntariosa y considerada.
En resumen, como líder coach, usted debería:
- Ofrecer ayuda en situaciones de incertidumbre.
- Desarrollar la experiencia y las capacidades de las personas.
- Reforzar la confianza.
- Escuchar con atención e interés.
- Guiar a las personas en el camino del aprendizaje.
- Fomentar el espíritu de equipo.
La orientación a personas
La dirección basada en el desarrollo de personas lleva implícito el valor de la orientación a personas dentro de la cultura de la organización. Como conclusión, éstos son los tres ejes clave de la dirección basada en personas:
Motivación: implica invertir energía en la acción y deseo de hacer cosas, de implicarse personalmente. Para el líder supone compartir la voluntad de dedicarse plenamente para que el trabajo se haga (y las cosas ocurran) con pasión.
Ejemplo: ser un punto de referencia creíble y de confianza, es decir, un modelo a seguir.
Coherencia: hacer que nuestras palabras sean coherentes con nuestros actos. Este aspecto es muy importante, ya que conlleva respetar los valores, las normas y las reglas éticas de la organización.