- Ponga su mirada en la estrategia y el largo plazo.
- Sea claro, directo y transparente.
- Objetivos y resultados (defínalos con claridad y transmítalos con transparencia).
- Desempeño individual (informe a cada miembro del equipo acerca de lo que usted espera de él).
- Asigne tareas en función de su equipo.
- Conozca a cada uno de los profesionales de su equipo.
- En función de sus puntos fuertes, asigne tareas acordes a sus capacidades.
- Según sus debilidades, ayúdeles a crecer, asignando tareas, conjuntamente, para desarrollar competencias y talento aún por explotar.
- Dote de recursos.
- Lleve a cabo un seguimiento de las tareas.
- Huya del control, no presione ni esté encima de la persona todo el día.
- Pregunte, apoye y acompañe a la persona: ¿en qué necesita ayuda? ¿qué le está costando conseguir? ¿cómo le puedo ayudar yo?
- Sea flexible y deje un margen de actuación a la persona, que demuestre lo que es capaz de hacer.
- Trabaje en base a objetivos, no tareas: marque a sus colaboradores la meta deseada y espere a que ellos identifiquen el camino.
- Reconozca el trabajo de sus colaboradores.
- Sea objetivo al analizar el desempeño de su equipo, tanto si es positivo como negativo.
- Básese en comportamientos y evidencias observables y refuerce dichas conductas (o corríjalas, si no son las adecuadas).
- No olvide el refuerzo positivo: huya de la creencia “es su trabajo, no tengo porqué felicitarlo”.
Como líder del equipo, debe centrarse en los objetivos y resultados, no en tareas concretas, las cuales tienen que pasar a ser responsabilidad de su equipo.
Mantenga a su equipo informado acerca de:
Para ello es recomendable que:
Delegar también consiste en asegurarse de que sus colaboradores disponen de todos los recursos necesarios (incluido, especialmente, el tiempo) para llevar a cabo las tareas encomendadas.