Ya sea por una cuestión de carácter o circunstancial, tenemos que poner atención en cómo se comporta el cliente para así ofrecer un trato acorde con la situación o la persona.
El parlanchín
Son clientes amistosos, que buscan la conversación y que pueden llegar a excederse con sus explicaciones o en su discurso, sin tener en cuenta el tiempo de su interlocutor:
Encare el encuentro o conversación desde lo profesional, sin dejar demasiado espacio a lo relacional.
Nunca deje de ser amistoso, aunque poniendo ciertos límites.
Trate, por todos los medios, de enfocar la conversación hacia el tema de interés.
Intente llevar la iniciativa durante el encuentro.
El gruñón
Se trata de personas un tanto rígidas y negativas, poco encaradas a la solución de problemas, centradas en la queja y que tienen la creencia de que llevan siempre la razón:
Ante su queja, escuche con atención, haciéndole ver que está al 100% por él.
Nunca entre en la discusión; al contrario, disponga siempre de una actitud serena y cercana.
Muéstrese seguro de sí mismo, transmitiendo confianza.
Procure facilitarle soluciones y encare la situación siempre en positivo.
El suspicaz
Es una persona que va a poner en duda todos los argumentos que usted le pueda dar. Se centra en la duda y se puede mostrar un tanto intransigente y dubitativo:
Muestre calma y respeto hacia su posicionamiento.
Pregúntele exhaustivamente sobre el tema del que no está seguro, para recoger el máximo de información.
Busque puentes de entendimiento y puntos de encuentro con su posición, por muy extrema que sea.
Intente no llevarle la contraria ni tratar de discutir sus argumentos.
El detallista
Son personas que saben perfectamente lo que quieren. Pueden ser exigentes, demandan concreción y respuestas claras, sin un exceso de información o argumentos:
Muéstrese seguro y céntrese en el tema que es de interés para él.
Sea conciso y directo, sin dejar de ofrecer un trato correcto y profesional.
No trate de confraternizar excesivamente; céntrese en la transacción.
El sabelotodo
Este tipos de clientes cree conocer todo cuanto es necesario en relación a lo que necesita y desea. Puede mostrarse un tanto exigente y se coloca en una posición de superioridad respecto al otro:
Escuche siempre con mucha atención, de forma activa y tranquila; estas personas necesitan ser escuchadas.
Nunca discuta o trate de llevar la razón (no serviría de nada).
Enfóquese hacia la solución. Si está equivocado, simplemente muéstrele el camino correcto, sin entrar en el error o en el problema.
Hágale partícipe de la solución: argumente e integre sus palabras de forma que crea que, en el fondo, lleva la razón.