Descubra cuáles son exactamente estos aspectos y cómo encaminar su producto hacia la consecución de ese valor añadido que aportan.
En qué consiste la diferenciación de productos
La diferenciación de productos puede ser de dos tipos:
Racional, tangible, funcional y objetiva: basada en aspectos como el tamaño, el precio o los plazos de entrega.
Emocional, intangible, simbólica y subjetiva: basada en aspectos como la imagen, la marca o el grado de satisfacción que proporciona.
Cualquiera que sea la rama por la que se decida a marcar la diferencia sepa que es posible hacerlo, por muy parecido que sea su producto a otros. Siempre existe una manera de que, ya sea por la imagen, por los servicios añadidos, la experiencia, la garantía, etc., su producto se perciba como distinto al resto de los de la misma especie. Es el principio de la diferenciación en las ventas y para lograrla puede apoyarse:
En potenciar sus fuentes de valor positivas: calidad, imagen, durabilidad, fiabilidad, diseño, profesionalidad del personal, calidad y efectividad del servicio de atención al cliente, etc.
En disminuir los aspectos percibidos como negativos: tales como el precio, las listas de espera, plazos de entrega, etc.
Posicionar su producto le reportará unos ingresos extra. Los beneficios serán significativos pero a cambio usted deberá invertir tiempo y dinero para llegar a lograr su objetivo, los resultados no son inmediatos.
Necesita valorar en qué medida le interesa hacer los cambios orientados hacia la diferenciación, por lo que este aspecto se ha de incluir en el análisis estratégico que forma parte del plan de negocio de su organización que, por supuesto, deberá ser continuamente revisado ya que las necesidades de los clientes y su percepción del producto son cambiantes, por lo que deberá adaptarse a ello.
Cómo diferenciar su producto en la práctica
Los siguientes pasos le ayudarán en su camino de lograr esa diferenciación de productos:
Se trata de diferenciarse de la competencia, así que primero debe localizar quién es la competencia.
Investigue qué ofrecen ellos que su producto o servicio no ofrece, todos los aspectos valorados positivamente por parte de los consumidores.
Descubra qué valores negativos perciben los clientes de esos productos o servicios de la competencia.
Analice los puntos fuertes y débiles de su producto/servicio: para ello construya los canales de comunicación directos o indirectos que sean necesarios ( encuestas de satisfacción, retroalimentación, comentarios en redes sociales, foros de internet, etc.).
Si ha seguido todos estos pasos probablemente cuenta con una idea bastante completa de lo que busca su cliente. Ya tiene la dirección a seguir y ahora sólo le falta decidir cómo creará ese valor añadido que hará su producto/servicio más atractivo, ese factor que logrará que sea percibido como distinto a la competencia, esa faceta de su producto que le hará ganar clientes.