Por tanto, se trata de dar en la tecla adecuada para conseguir que su cliente actual y potencial desligue el concepto de precio del de valor. Sólo así conseguiremos aumentar la demanda de nuestros productos o servicios sin competir en el mercado por precio. El objetivo es que éstos impliquen una experiencia diferente respecto a la competencia y el valor que sus productos o servicios aportan.
Ofrezca calidad e innovación. A los ejemplos de marca antes mencionados podríamos añadir muchos más y todos tendrían en común que son empresas que han invertido en innovación y ofrecen un producto de calidad. Parece una obviedad, pero no podemos pretender vender más y más caro si nuestro producto o servicio no está a la altura de las expectativas del mercado.
Conozca su cliente objetivo. Éste es el primer paso para dirigir cualquier esfuerzo o llevar a cabo alguna estrategia para mejorar nuestras ventas o cuota de mercado. Si queremos competir por valor (de nuestro producto o servicio) tenemos que conocer bien a nuestros clientes, sus necesidades, expectativas o deseos (hasta con qué sueñan).
Focalice los esfuerzos en esos clientes. Si desea que sus clientes le compren, a pesar de ser más caro que la competencia, diríjase a los clientes que realmente valoran su producto o servicio. En función de su nivel económico o socio-cultural, de su edad o de su momento vital, nos dirigiremos a unos o a otros consumidores.
Busque el liderazgo en su mercado (su valor diferencial). Ya sea por el prestigio al cumplir con los clientes o por las innovaciones aportadas (además de una muy buena publicidad y estrategia de marketing), es necesario despuntar respecto a los productos o servicios de la competencia. En definitiva, tenemos que buscar nuestro propio valor diferencial respecto a la competencia, aquello que nos hace fuertes y que hace que nuestros clientes nos escojan a nosotros por encima del resto de opciones.
Ajuste las estrategias de marketing. Busque el canal de distribución más adecuado o el envase que mejor se ajuste al producto para satisfacer las expectativas reales de tus clientes. Si queremos ofrecerles aquello que realmente desean de nosotros, tenemos que ajustar canales de venta, puntos de distribución, etc., para hacer que sean los más propicios en el entorno actual.