Estos son los pasos para planificar:
Definir misión: En este paso, la empresa debe definir el rumbo que pretende lograr a largo plazo. Responde a la pregunta ¿Qué se quiere conseguir a largo plazo?
Análisis externo de la empresa: Esto es parte del análisis FODA, específicamente lo relativo a oportunidades y amenazas que se puedan vislumbrar en el futuro de la empresa con el fin de poder aprovecharlas o enfrentarlas según sea el caso. En este sentido se evalúan los indicadores y proyecciones a nivel macroeconómico y de la industria, así como factores sociales, de regulación gubernamental, o posibles desarrollos innovadores en el área de la tecnología que puedan influir positiva o negativamente en su empresa.
Por supuesto, este análisis externo incluye un análisis de la competencia, de los clientes y proveedores ya que todos ellos influyen en su empresa directamente. Se evalúan aspectos que ya existen, así como aspectos que podrían existir (tendencias).
Análisis interno de la empresa: Se evalúan los recursos humanos, materiales, financieros y en general toda la situación actual de la empresa para detectar fortalezas y debilidades que la empresa pueda tener con respecto a su competencia.
Consideración o desarrollo de premisas: Esta es una especie de tormenta de ideas que pretende crear “diversos posibles escenarios futuros” en los que la empresa puede desenvolverse con el fin de detectar posibles cursos de acción.
Evaluación de las alternativas: Consiste en evaluar las alternativas que han surgido del paso anterior para determinar cuáles son las más factibles y deseables.
Selección de una alternativa y definición de objetivos: Al seleccionar una alternativa, estará seleccionando cuál es el resultado deseado al que se quiere llegar. De aquí se desprenderán los objetivos generales y específicos del plan.
Definición del Plan de acción: Esta etapa es la que nos indica ¿Cómo llegar? Se compone de diversas acciones a realizar con el fin de lograr los objetivos. Estas acciones deben estar ubicadas en el tiempo, deben estar debidamente presupuestadas para contemplar los recursos financieros, materiales y humanos necesarios para realizarlas y por supuesto deben establecer responsabilidades.
Lo verdaderamente importante respecto a la planificación es entender que se trata de un proceso continuo, nada rígido, que si las premisas en las que están basadas no son realistas, los planes tampoco lo serán.
Además conforme se vayan ejecutando las acciones propias del plan, se deberá ir controlando su ejecución y, si es necesario, tomar medidas correctivas para no desviar el camino hacia el logro de los objetivos.