¿Quién no ha escuchado aquello de “tiene madera de líder”? ¿Es la capacidad de liderazgo algo con lo que se nace? ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Se trata tan sólo de un mito?
Existen diferentes enfoques para abordar la cuestión sobre si los directivos poseen ciertos rasgos innatos que los definen como grandes líderes o, simplemente, se trata de profesionales que han apostado por la formación y el desarrollo continuo de las habilidades de liderazgo (se han hecho a sí mismos como directivos).
Las empresas familiares son aquellas en las que al menos el 50% del poder se concentra en manos de una misma familia. Entre sus integrantes suelen contar con diferentes miembros de la misma y todos ellos suponen una parte activa en la toma de decisiones.
Estas peculiares características, que las diferencian de otro tipo de organizaciones, encierran una fuente de debilidades de entre las que cabría destacar las tres que repasamos a continuación.
El perfil del emprendedor en España es el de una persona entre los 35 y los 45 años con formación superior, muchas veces orientada a la Administración de Empresas.
Pero, sobre todo, el emprendedor en España es una persona valiente, porque careciendo de un sistema educativo que apoye la educación emprendedora y sufriendo desigualdades grandes entre unas Comunidades Autónomas y otras por las diferentes gestiones que se necesitan para montar una empresa, el emprendedor no cede en su empeño de tener éxito.
Emprender con más de 45 años, crear una empresa con más de 50 o alcanzar el éxito en los negocios en una edad más próxima a la jubilación que a la graduación son situaciones reales que, cada vez, se producen con mayor frecuencia.
Los motivos que impulsan a una persona a emprender con más de 45 años son variables según cada situación.
Si hay algo que emociona a aquellos que se inician en el emprendimiento son las historias de éxito de sus interlocutores porque éstas les animan a continuar y les inyectan positivismo. Si ellos pudieron, ¿por qué no voy a poder yo? Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, detrás de cada caso de éxito hay algún fracaso, ya sea pequeño o no, aunque éste no se cuenta tan alegremente. Para concienciar de que de los fracasos también se aprende e, igualmente, son necesarios, se creó hace un par de años Fuck Up Nights, noches que giran en torno a la cara menos amable de emprender.