Uno de los principales problemas con los que se encuentran las personas cuando planifican planes de acción de desarrollo individual es la formulación de objetivos. En muchas ocasiones, se establecen objetivos demasiado ambiciosos o ambiguos, o no se concretan, con lo que pierden toda su fuerza y la persona acaba perdiendo todo interés por los mismos.
A la hora de establecer objetivos eficaces por parte de los miembros de su equipo, debe asegurarse una serie de reglas básicas, sencillas pero cruciales si pretende que las personas se impliquen y comprometan en su consecución.