Llegar a plasmar un plan no es cuestión de un día, ni es algo que deba hacerse para cumplir con un mero trámite de una entidad financiera, o de una entidad gubernamental sino que debe ser realmente una guía de acciones a seguir con el fin de conseguir determinados objetivos.
Existen diversos métodos para definir un plan, sea estratégico u operativo, pero en el caso de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) debe procurarse utilizar algo sumamente básico, ya que es mejor algo simple y bien hecho, que entrar en definir una gran cantidad de estrategias, procedimientos, presupuestos, etc., sin ninguna base sólida o peor aún sin ninguna intención de seguirlos.